Flora Lauten, su directora, y Raquel Carrió se encargaron de elaborar una versión teatral que el mismísimo Fuentes se hubiera impresionado ante semejante labor en cada uno de los elementos a tener en cuenta para evaluar la puesta en escena, además del sumo respeto a la obra original.
Hay que señalar, en primer término, la actuación estelar de sus principales protagonistas encabezados por Indira Valdés (Consuelo) y Enrique Bueno (Felipe Montero), entre otros que también provocaron fuertes aplausos y gritos de ¡bravo! en la última función.
En párrafo aparte, la escenografía, sencilla, pero solemne, capaz de introducir con sobriedad al espectador que, si ya había leído a Aura, el escenario le resultaría conocido.
Por respeto al lector y a los colegas especializados debo apuntar que desde que tengo uso de razón he visto mucho teatro a partir de los años 60s a la actualidad y nunca he osado escribir sobre ello. Es la primera vez y me inclino delante de todos los que de una u otra forma formaron parte del elenco e hicieron posible su realización.
Gracias, Buendía, por esa memorable tarde, un rotundo aval para las tablas cubanas y latinoamericanas.
Señora ”Consuelo” Lauten, Aura debe regresar. Faltan muchos por conocer sus embrujos y prestar atención a lo que nos confiesa. Descanse y tráigala de nuevo…
