Pablo Iglesias y Pedro Sánchez acentúan sus diferencias en un ‘cara a cara’ que ha terminado en bronca a cuenta de Felipe González. PSOE y Podemos cada vez están más lejos el uno del otro. La primera sesión de la investidura ha escenificado la enorme distancia que existe entre el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, y el líder de la formación morada, Pablo Iglesias. Un debate que ha acabado en bronca cuando este último ha mencionado al expresidente del Gobierno Felipe González, que tiene un “pasado manchado de cal viva”.
“Cuídese de él”, ha aconsejado Iglesias a Sánchez ante la indignación de todos los diputados socialistas, que clamaban “fuera” a Iglesias. Estas palabras han sido rápidamente conestadas por el líder del PSOE, que ha respondido que está “muy orgulloso de Felipe González”. La alusión al que fuera jefe del Ejecutivo ha sido el detonante en un ‘cara a cara’ marcado por los reproches y los ataques entre ambos.
“Yo no traiciona a la gente”, ha afirmado el secretario general de Podemos, que ha recordado a Pedro Sánchez que los partidos de la izquierda suman más votos que los de la derecha y ha censurado el pacto suscrito por los socialistas con Ciudadanos. Un partido que puede entregar al PSOE al PP. “Cuídese de la Naranja Mecánica”, ha advertido el líder de la formación morada al dirigente socialista, ya que “los que prohibieron pactar con nosotros le entregarán al PP”.
Para Iglesias, su acuerdo con Ciudadanos es el “primer paso de la gran coalición” con el PP y responde a un pacto del Ibex 35 y le ha advertido que “nunca nos podrá reprochar que no hayamos sido claros desde el principio”. “Hoy podríamos tener una Gobierno si hubiera pactado con nosotros”, ha remarcado el líder de la formación morada, que ha trasladado a Sánchez que “no se extrañe si alguna vez le piden que entregue la ‘S’ y la ‘O’ de las siglas del PSOE”.
A pesar de estas críticas, y tras exigir que trate a Podemos “como un socio y con respeto”, Iglesias ha tendido la mano al Partido Socialista para llegar a un acuerdo del que salga un gobierno del cambio.
Pedro Sánchez ha alimentado esta bronca al avisar al dirigente de la formación morada de que no puede ir “repartiendo carnets de buen socialista” y le ha reclamado que diga si quiere o no unas nuevas elecciones generales. Para el socialista, Iglesias ha desoído el “mandato del cambio” que dieron los españoles el pasado 20 de diciembre y se ha dedicado a “vetar, excluir, levantarse de la mesa de negociación y, en consecuencia, a paralizar ese vehículo del cambio”.
“A lo mejor para usted todas están medidas no significan asaltar el cielo pero yo le propongo que al menos saquemos a España de algunos infiernos en los que la ha metido el señor Rajoy”, ha señalado Sánchez, que ha reconocido que “a mí nada me gustaría más que hubiera un gobierno de izquierdas, pero no engañemos a la gente, no hay mayoría”.
El líder del PSOE ha recriminado a Iglesias y a Podemos su decisión de votar en contra a su investidura presidente del Gobierno, ya que supone “decir no a un gobierno de cambio, a medidas progresistas, reformistas, lideradas por un presidente del Gobierno socialista”.
