Quindell o el hundimiento de ‘la Gowex británica’

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Quindell o el hundimiento de ‘la Gowex británica’

Quindell

La firma de asesoría tecnológica ha perdido un 92% de su valor en mercado bursátil alternativo de la Bolsa de Londres en apenas ocho meses. El de Gowex no es un caso único en los mercados europeos. La City de Londres tiene también su propio caso de tecnológica ‘fantasma’ en un mercado alternativo. Aunque en Quindell nadie ha reconocido maquillaje de cuentas, sí que han rodado cabezas en la directiva y sus acciones han sufrido un profundo descalabro.

Los responsables de este hundimiento no han sido otros que los analistas del misterioso bróker Gotham City Research. Los mismos gestores que pusieron en evidencia el engorde de facturación y el consecuente falseo de cuentas que durante años había tenido lugar en la española Gowex son los que el pasado mes de abril sembraron serias dudas sobre los ingresos, el beneficio y las más recientes operaciones corporativas de Quindell. Su escasa popularidad entre los habituales de la Bolsa londinense y su fama de especuladores bajistas entre los pocos que los conocían no fueron impedimento para volatilizar de un plumazo 900 milllones de libras de su capitalización bursátil. Unos 1.140 millones de euros.

La compañía de asesoramiento tecnológico llegó a ceder un 53% el pasado 22 de abril en el que los de Gotham dieron a conocer su demoledor informe. Y el castigo ha continuado, pues hasta este viernes el hundimiento de precios alcanza a un 92% de su viejo valor en el Alternative Investment Market (AIM), el equivalente de la Bolsa de Londres al Mercado Alternativo Bursátil español (MAB). Las acciones que antes de la aparición del ‘hedge fund’ valían 39 peniques ahora apenas aguantan los 2,9 peniques cada una.

Tal ha sido el descalabro sufrido por Quindell desde el primer embate de Gotham que para evitar convertirse en una penny stock y caer en manos de los inversores de perfil más especulativo tuvo que recurrir a una agrupación de acciones para subir de precio virtualmente. El contrasplit fue a razón de 15 de sus antiguas acciones que multiplicaron 170 veces su precio en tres años por una nueva que, a pesar del movimiento corporativo, ha seguido depreciándose sin remedio.

Aunque la compañía británica cotizada en el AIM salió pronto al paso de las sombras sembradas por el informe de 74 páginas del ‘hedge fund’, las dudas han seguido acompañando su trayectoria. Quindell ganó una demanda por daños por difamación, pero su imagen no quedó 100% limpia para muchos brókeres. Y es que la tecnológica se alzó con la victoria en los tribunales simple y llanamente porque los de Gotham no se presentaron ante el juez.

Muchos gestores del corazón financiero de Europa sostienen que para así seguir manteniendo el halo de misterio que los rodea. Y muchos más los que opinan que sencillamente no acudieron a la citación porque con el dinero que habrían conseguido gracias a sus posiciones cortas sobre la firma podrían permitirse el desembolso sin mayor problema para sus arcas. Y porque, además, se las prometían felices para más tiempo con su apuesta bajista por Quindell.

A pesar de todo, desde la compañía de aplicaciones tecnológicas para el sector seguros se niega cualquier maquillaje de cifras. Con tanta entereza que en ningún caso se ha tenido que decretar la suspensión de negociación de la compañía, como sí fue el caso de Gowex primero con efectos preventivos y luego tras su solicitud de concurso de acreedores. Sin embargo, algunas operaciones poco claras han terminado por costarle el puesto al hasta hace un mes presidente de la firma, Robert Terry.

La polémica en esta última ocasión ha surgido por compraventas de acciones entre varios miembros de la cúpula directiva en circunstancias y con fines, parece ser, poco transparentes frente al mercado. En ellas, además del dimitido Terry, intervinieron el director financiero Laurence Moorse y el director no ejecutivo Steve Scott. Este último ya ha anunciado también su renuncia y el anterior ha explicado que en la junta general del próximo año no se presentará a la reelección por parte de los inversores.

Mientras tanto, la compañía sigue cotizando agónica en el AIM y desde la marcha de Terry se ha apuntado un descalabro extra cercano al 20%. Las acusaciones de Gotham, al contrario de lo que ocurrió con Gowex, aún siguen sin demostrarse, pero muy lejos queda el noviembre del año pasado en el que la compañía lograba levantar en el mercado mayorista, grandes fondos británicos incluidos, nada menos que 200 millones de libras esterlinas con una ampliación de capital que despertó tanto apetito como hoy por hoy recelos.

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