Las dudas de Alemania con China ponen en jaque su estabilidad económica

Guerra comercial

Las dudas de Alemania con China ponen en jaque su estabilidad económica

Berlín ha endurecido en los últimos meses su posición con Beijing mientras su economía depende de las exportaciones.

alemania berlin puerta de brandenburgo

La Canciller alemana Angela Merkel visita oficialmente China esta semana. Un encuentro con el Gobierno chino que se produce en plena guerra comercial entre Beijing y Washington y que podría dejar detalles sobre el camino que tomará Europa en dicho conflicto, si es que consigue unificar su voz en relación al gigante asiático.

Alemania vive entre dos aguas. Por un lado, en los últimos meses ha tomado medidas proteccionistas frente a China, como prohibir la adquisición de empresas germanas, que considera estratégicas, por parte de Beijing. Por otro, es consciente de que su economía depende en gran medida de las exportaciones.

El país liderado por Ángela Merkel es uno de los pocos Estados occidentales que mantiene un superávit comercial con los chinos, principalmente asentado sobre la venta de vehículos.

Esta dependencia en el mercado asiático, justo en el momento en que la economía germana empieza a dar señales de recesión, convierte la visita de Merkel en una ecuación difícil de resolver. Economía abierta que pudiera favorecer a corto plazo las exportaciones y cierto proteccionismo que proteja determinados sectores industriales de Alemania, sabiendo que esta última opción no está bien vista desde China.

Tal y como asegura Bloomberg, “Merkel ha hecho un cambio de sentido sobre China, pero puede ser demasiado tarde. La canciller debe mantener una línea dura, pero entraña un alto riesgo para la economía de Alemania”.

En ese sentido, la máxima dirigente del Bundestag podría abogar por resolver la guerra comercial, mantener el nivel de exportaciones y poder ampliar el acceso de otras economías al mercado chino.

Según recoge el medio económico estadounidense, Alemania es el mayor socio comercial europeo de China, con ventas bilaterales de cerca de 200.000 millones de euros al año. Berlín fue de los países más ‘acogedores’ con la economía china hace más de una década. Sin embargo, ahora es tanto socio como competidor.

Gobiernos occidentales llevan unos meses tomando decisiones proteccionistas contra empresas chinas, algo que casa – relativamente – con la política emprendida por Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca.

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