La protección de la biodiversidad apenas ha sido mencionada en las decisiones finales de la COP26

La protección de la biodiversidad apenas ha sido mencionada en las decisiones finales de la COP26

Desde el Acuerdo de París, solo la COP25 Chile-Madrid reconoció la importancia de la naturaleza para frenar el calentamiento global.

Bosque

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SEO/BirdLife ha pedido que la Cumbre del Clima que se está celebrando en Glasgow, en Reino Unido, sea «el punto de inflexión» para que se abandonen las políticas climáticas perjudiciales para la naturaleza y se reconozca el valor de la biodiversidad como primera línea de defensa frente al cambio climático (la naturaleza absorbe casi el 50% de las emisiones causadas por la actividad económica del ser humano) por lo que reclama asegurar que las herramientas para reducir las emisiones a cero son respetuosas con la naturaleza.

En el día que la COP26 dedica a la Naturaleza, SEO/BirdLife lamenta que la protección de la biodiversidad apenas se haya mencionado en las decisiones finales de las 25 COP sobre cambio climático concluidas hasta el momento. Desde la aprobación del Acuerdo de París, en la COP 21 de 2015, tan solo se ha citado la cuestión en una decisión: la realizada durante la COP25, organizada por Chile en Madrid.

Por ello, la organización reclama que la «decisión 1» de la COP26 de Glasgow sea el compromiso de los Estados para que las respuestas a la crisis climática (las energías renovables, la construcción de infraestructuras para protegernos de la subida del nivel del mar o el cultivo de biocombustibles, entre otras) sean compatibles con la conservación de la biodiversidad.

La ONG también defiende que las decisiones en esta COP aseguren que las políticas por el clima reconozcan «el papel crucial de los ecosistemas en buen estado a la hora de absorber el exceso de CO2 de la atmosfera y así contribuyan también a que, en 2030, el planeta deje de perder naturaleza y empiece a recuperarla».

En la última década, tan solo la decisión ‘Chile-Madrid, Tiempo para la Acción’ abordaba biodiversidad en su punto 15, subrayando «la contribución esencial de la naturaleza a la lucha contra el cambio climático y sus efectos, así como la necesidad de hacer frente a la pérdida de biodiversidad y el cambio climático de manera integrada».

Según SEO/BirdLife, la inclusión de este mensaje supuso «un paso adelante» en el esfuerzo de la diplomacia climática para proteger la primera línea defensa frente al cambio climático, la naturaleza, sin cuya intervención será imposible alcanzar la meta de «cero emisiones». De hecho, se estima que, en la actualidad, la naturaleza absorbe casi el 50% de las emisiones causadas por la actividad económica del ser humano según reconoce Naciones Unidas.

La reducción de la deforestación y la degradación de los bosques puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre hasta en 5800 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente cada año, lo que es casi un 95% más de lo que emitió España en 2020, según SEO/BirdLife.

Por ello, defiende que apostar por prácticas agrícolas y forestales sostenibles tiene un potencial anual de mitigación del cambio climático de hasta 6.000 millones toneladas de dióxido de carbono equivalente. Esto es, más o menos, la mitad de las toneladas que emitió China en 2020.

Para alcanzar un clima habitable, una biodiversidad ‘autosostenible’ y una buena calidad de vida, la ONG pide proteger y conservar bien entre el 30% y el 50% de toda la superficie oceánica y terrestre. En la actualidad, las áreas protegidas representan un 15% en tierra y en torno a un 7,5% en océanos, y su protección no siempre garantiza una correcta conservación.

MEDIDAS CLIMÁTICAS NEGATIVAS PARA LA NATURALEZA

Los expertos del IPCC y del IPBES citan algunas de las prácticas climáticas que pueden ir en contra de la naturaleza. Entre ellas, los cultivos bioenergéticos a gran escala; la plantación de árboles en ecosistemas que históricamente no han sido bosques y la reforestación con monocultivos, especialmente con especies de árboles exóticos; o determinadas medidas técnicas demasiado centradas en la adaptación, como pueden ser la construcción de presas y diques.

En España, SEO/BirdLife pone el acento en dos grupos de medidas identificadas por los autores del IPBES y el IPCC: instalaciones renovables en ubicaciones perjudiciales para la naturaleza y aumento o conversión de tierras de secano a regadío, dos tendencias en ascenso en el país que centran la mayor parte del trabajo de alegaciones a proyectos con impacto ambiental que desarrolla la ONG ecologista.

Por citar un ejemplo, en los últimos 20 meses, SEO/BirdLife se ha visto obligada a alegar a 200 proyectos renovables que pretenden ubicarse en zonas de alto valor ambiental y, por tanto, de alto valor para articular una respuesta coordinada y duradera al cambio climático.

«Clima y biodiversidad pueden y deben ir de la mano. Glasgow tiene que marcar el punto de inflexión para que, por fin, las políticas de clima y las de conservación de la naturaleza se refuercen entre sí, mejorando también las oportunidades de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Es hora de romper un conflicto que nunca debió producirse. Esperamos de las Partes un compromiso firme que quede reflejado en el texto más importante que saldrá de la COP26, su decisión 1», señala David Howell, responsable de Clima y Energía de SEO/BirdLife.

«Esta COP26, la primera que se celebra tras la irrupción del covid-19, debería servir para asegurarnos que cumplimos con París y no aumentar más de 1,5 grados la temperatura, que atendemos a nuestra mejor vacuna preventiva frente a futuras pandemias y, sobre todo, que no dejamos a nadie atrás», concluye.

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