«Nuestros hospitales en 2023 enfrentarán una ola de bancarrotas, es poco probable que se logre pararla», dijo Gass en una entrevista con el grupo mediático Redations Netzwerk Deutschland (RND), citando los datos de una encuesta realizada por el Instituto alemán de los hospitales (DKI).
Según la encuesta, un 56 por ciento de los hospitales espera el empeoramiento de la situación económica, mientras el 17 por ciento confía en lo contrario y el 27 por ciento cree que la situación se mantendrá sin cambios.
La pandemia de coronavirus y la reciente ola de enfermedades respiratorias, continuó, mostraron que Alemania necesita un fuerte sistema hospitalario.
La asistencia financiera, con la que el Gobierno de Alemania planea compensar el crecimiento de los precios de productos de energía, no podrá compensar el déficit, provocado por el aumento de gastos generales debido a la inflación, explicó.
Por lo tanto, indicó, la presión económica representa «una carga pesada» para los hospitales.
«La prioridad de la medicina sobre la economía, anunciada por el ministro de Salud, Karl Lauterbach, sigue siendo una pura promesa», concluyó.
La situación con el personal, en particular, con las enfermeras, recalcó, provoca una preocupación especial, dado que en la primera mitad de 2022 un 90 por ciento de los hospitales sufría su falta.
La encuesta, citada por Gass, se realizó desde mediados de abril hasta finales de junio de 2022 con la participación de 309 hospitales alemanes de perfil general con 100 y más camas.
