La decisión del multimillonario francés, Bernard Arnault, de formular la petición de obtener el pasaporte belga al mismo tiempo que François Hollande, el presidente socialista galo, detallaba la aplicación de un impuesto del 75% a las rentas superiores al millón de euros podría haber frenado la caída de popularidad de éste.
«Este incidente encierra grandes beneficios para Hollande», ha explicado en declaraciones a la agencia Bloomberg el director del centro de estudios políticos francés CERAP, Nicolas Tenzer. «[El impuesto a los ricos] encierra un simbolismo muy poderoso y permite a Hollande apaciguar la disidencia entre sus propios votantes».
En el barómetro TNS Sofres, publicado el pasado 29 de agosto por el suplemento Figaro Magazine, se indicaba que la confianza de los franceses en Hollande había bajado cinco puntos en agosto, pasando de 55% a 50%.
Aunque Arnault, que es el presidente del grupo de empresas del lujo LVMH, ha desmentido haber solicitado la nacionalidad belga por motivos fiscales, este mismo lunes el diario Liberation abría en portada con una foto del multimillonario y un titular que rezaba: «Piérdete, rico bastardo».
