Adusbef, la asociación italiana para la protección de los usuarios de banca, ha presentado una denuncia ante la Fiscalía italiana contra los gestores de Enel y los bancos colocadores de Enel Green Power, por posible abuso de información privilegiada, manipulación y fraude.
Las acciones de la división verde de Enel se colocaron en un 23% a los inversores institucionales, mientras que los pequeños inversores se llegaron a hacer con el 77% restante. Esto se traduce en un total de más de 2.000 millones de euros frente a los 400 millones de euros que se esperaban colocar entre particulares. Elio Lannutti, presidente de la Adusbef, ha comunicado públicamente sus dudas al respecto del motivo por el que la gran banca y los inversores institucionales no se hicieron con una mayor participación a pesar de que animaron y aconsejaron a sus clientes a hacerse con valores de su filial.
La salida a bolsa de la energética verde en Italia se ha rodeado de polémica desde su inicio, ya que el mismo día 4 de noviembre, jornada en la que oficialmente comenzaba a cotizar este valor en el parqué de Milán, a 25 segundos de la apertura de los mercados se produjo la venta de un gran paquete de acciones por parte de un único inversor. Lo curioso de la operación es que este operador, que aún no se ha identificado, fijó un valor para la venta de sus acciones a 1,55 euros frente a los 1,6 que habría pagado por la compra.
Lannutti ha apuntado a que quizá este inversor sea un intermediario financiero que teme que en un futuro los valores de Enel puedan mostrar valores muy por debajo de esos 1,55 euros. No obstante, diez bancos presentes en Italia habían animado con efusión a 350.000 de sus clientes a que se hiciesen con valores de la energética por 1,8 y hasta 2,1 euros que al final quedaron rebajados a 1,6 euros por la propia compañía.
La operación está ahora en manos de los tribunales italianos a causa de la denuncia presentada por la Adusbef que investigan la identidad del individuo que vendió su participación en la preapertura del pasado día 4. Según la asociación de usuarios que ha planteado el caso, los diez bancos que han colocado las acciones han ganado sólo en comisiones 48 millones de euros.
El debut bursátil de Enel Green Power también ha puesto en cuestión la falta de armonía en la regulación europea. A diferencia del supervisor italiano Consob, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no habría dado el visto bueno a la mayor oferta pública de venta (OPV) desde 2007.
El regulador español limita el tramo minorista de la operación, el italiano no, con el objetivo de proteger a los inversores particulares. Sin embargo, esta barrera no existió en el debut de la filial de Enel, algo que provocó grandes pérdidas para los inversores nacionales. Según explica la CNMV, una vez que un supervisor europeo da el visto bueno, la compañía puede salir a cotizar en cualquier mercado de la UE, por lo que no era necesaria la aprobación del supervisor español.
La falta de demanda institucional fuerza un reajuste de los tramos de la oferta. Para los inversores institucionales se reservaba el 85% y para los particulares, el 15% restante. Ahora, los minoristas coparán el grueso de la colocación con los títulos sobrantes del tramo institucional.
La agitación registrada el pasado jueves, el primer día de cotización, cuando el valor de las acciones llegó a caer en algún momento un 18%, respondía a los anuncios previos al estreno: rebaja del precio de la oferta (a 1,6 euros por título, por debajo de la banda orientativa con la que se lanzó la operación) y la débil demanda de los inversores institucionales. Sin embargo, en el mercado también atribuyen este descalabro a que Mediobanca, el banco colocador, no hizo su labor de agente estabilizador.
El viernes, segunda jornada en Bolsa, el valor bajó un 0,63% (a 1,59 euros). Hoy, los títulos de Enel Green Power cedían un 0,5% a media sesión.
