Frenética la venta de garajes en Cuba

Cuba

Frenética la venta de garajes en Cuba

El cubano, desde largo tiempo, ha tenido tendencia al acaparamiento. Prácticamente se ha olvidado o no ha conocido el hábito de comprar sólo lo necesario.

Salga a un paseo por la ciudad y podrá comprobar cómo, en lo que nunca será un garaje en el peor de los casos, alguien lo ha convertido en ello, ha puesto un rústico cartel en la acera o ventana y prepárese para ver en venta el objeto más inimaginable.

La proliferación de esta actividad no obedece en buena medida al finalmente concedido permiso de ofertar al precio que sea, algo de su propiedad y sin pagar impuestos, sino que las causas van más allá de un simple autorizo oficial.

El cubano, desde largo tiempo, ha tenido tendencia al acaparamiento. Prácticamente se ha olvidado o no ha conocido el hábito de comprar sólo lo necesario. En ello radica el temor, comprobado en la práctica, que lo que hoy abunda, mañana estará en falta. Lo más parecido al perro que se muerde la cola.

Por ello, y no es de extrañar, que se puedan encontrar neveras hogareñas hasta el tope de productos. De igual modo, las que sólo conocen la presencia del hielo y algún que otro envase con algo comestible en su interior. Negarlo, sería no reconocer que hoy por hoy hay una desigualdad notable. Los que tienen capacidad monetaria (remesas incluidas) y los que viven del día a día. Los que apuestan a la débil cartilla de racionamiento y los que viven gracias a los establecimientos en moneda fuerte. Los que se valen del mercado negro para adquirir alimentos y los que también han adoptado esa modalidad como plaza laboral.

El asunto, a fin de cuentas, es que hay personas con exceso de artículos que otros bien pudieran necesitar. Con luz verde a la venta de garaje no hay mayores limitaciones para ofertar lo que está permitido. Dígase efectos electrodomésticos, ropa, calzado, útiles para el hogar, aseo, piezas de repuesto y alguna que otra latería.

Y no conozco hasta ahora ningún caso en que el propietario se queje de no haber logrado comercializar en diez horas de faena una blusa, camisa, juego de sábanas, un collar para perros traído desde Francia, una acuarela de la antigua Unión Soviética, castañuelas de Andalucía, tazas de porcelana búlgara y cuidado en breve no aparezcan segmentos del gaseoducto Nord Stream 2 con transporte incluido.

Venta de garaje, una tablilla para lograr flotación temporal. Una aspirina para quien pueda adquirirla u ofertarla.

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