El bingo como recurso didáctico

El bingo como recurso didáctico

Los lugares más comunes donde encontramos un bingo son las salas de apuestas, físicas o virtuales.

Bingo

Bingo

El bingo es sinónimo de juego, adrenalina y entretenimiento. Pero también es sinónimo de juego, pedagogía y enseñanza. Utilizar el bingo como herramienta educativa es una alternativa que disfrutarán profesores y alumnos. No hay bolilleros ni dinero de por medio. Pero está comprobado que el bingo como recurso didáctico ayuda a los más pequeños a pensar y a prestar atención.

Los lugares más comunes donde encontramos un bingo son las salas de apuestas, físicas o virtuales. Sin embargo, cuando se trata de un bingo lúdico es posible encontrarlos en actos benéficos, en iglesias y en colegios.

El bingo permite infinitas posibilidades, tanto en el entretenimiento como a nivel educativo. La sencillez de sus reglas y el carácter social que históricamente se le ha adjudicado, hacen único al bingo. Ningún otro juego tiene estas características y bondades.

Por su adaptación y versatilidad, los profesores lo utilizan para enseñar matemática o lenguaje en las aulas de los colegios. En el segundo caso, se sustituyen los números por letras. En los últimos años, ha ganado mucho terreno un bingo muy especial que se utiliza con niños pequeños: el bingo musical.

Los niños reciben un cartón con las diferentes notas. En lugar de vocear el número, el profesor a cargo de la clase hace sonar un instrumento con una determinada nota. Los peques tienen que descubrir la nota para poder registrarla en sus cartones.

Tan versátil es el bingo didáctico, que muchos profesores lo utilizan para enseñar la tabla periódica, para multiplicar, y para que los niños aprendan datos históricos. También son muy comunes los bingos ortográficos que funcionan a través del deletreo de palabras y repetición de reglas.

Los objetivos del bingo didáctico

En el bingo tradicional, en el que se juega en salas o de manera virtual, los jugadores tienen que ir  marcando en sus cartones los números que, aleatoriamente, van saliendo de un bolillero. Primero se canta “línea”. Y luego, el jugador que completa su cartón, canta “bingo” y gana el premio mayor.

El mecanismo en el bingo didáctico es similar pero diferente a la vez. No son necesarios los números. Son necesarios los objetivos. Por eso es tan importante la función del profesor.

El bingo en educación puede tener muchos objetivos. Los principales son:

  • Dar la respuesta correcta a un ejercicio planteado por el profesor.
  • Ayudar a un compañero a entender un determinado concepto.
  • Explicar en la pizarra un ejercicio.
  • Completar un determinado tema.
  • Organizar los apuntes, utilizando colores diferentes para títulos, enunciados, etc.
  • Utilizar bolígrafo en vez de lápiz en clase.
  • No necesitar la goma de borrar durante toda la clases

El bingo y las matemáticas

Hay quienes no lo saben, pero las matemáticas dieron vida y origen al bingo que hoy conocemos. Cuando este juego empezó a popularizarse (primeras décadas del siglo XX), tenía 24 diferentes combinaciones de números. El bingo se hizo tan popular que fue necesario crear más tarjetas.

¿Qué pasó? que el número limitado de cartones fue un problema para las casas de bingo de la época. Al vender tarjetas duplicadas, se generaban múltiples ganadores por juego.

El empresario Edwin Lowe, quien popularizó el bingo en Estados Unidos, contrató entonces a un profesor de Matemáticas de la Universidad de Columbia, en Nueva York, llamado Carl Leffle, quien echó mano de esta ciencia para crear seis mil nuevas combinaciones.

Por esta “hazaña matemática”, Leffler es considerado por muchos como el «padre del bingo moderno». Sus tarjetas se siguen usando hoy en todo el mundo, tanto en formato papel como en digital.

El bingo matemático

Los juegos matemáticos son una herramienta formativa muy poderosa para estimular la enseñanza, según explican docentes, psicólogos e investigadores. El objetivo pedagógico no es que los estudiantes jueguen de modo improvisado. Se requiere de una planificación para obtener los resultados académicos deseados.

Es cada vez más común que en los colegios de todo el mundo los profesores utilicen el bingo para que sus alumnos entiendan mejor las matemáticas. Los pedagogos incorporan así las ecuaciones, números enteros, y divisibilidad, entre otras operaciones.

El bingo no es más que un elemento de motivación para el aprendizaje significativo de matemáticas. Sus principales beneficios son:

  • Ayuda a la comprensión de los contenidos matemáticos y favorece el desarrollo del pensamiento lógico.
  • Trabaja la autoestima de los estudiantes. Se fortalece con la superación de cada etapa o nivel.
  • Hace que la matemática sea sinónimo de entretenimiento y diversión.
  • Al tratarse de un juego colectivo, favorece la colaboración y el trabajo en equipo.
  • Permite realizar cálculos mentales.
  • Los estudiantes ganan en flexibilidad y agilidad mental.
  • El bingo matemático promueve la imaginación, la creatividad y el ingenio.
  • También estimula el razonamiento inductivo-deductivo.
  • Apunta a fortalecer el sentido de autodominio.

Ejemplo de bingo didáctico

Hay muchos ejemplos y muchas modalidades de bingos didácticos. En los colegios españoles es muy común el siguiente juego:

  • Los cartones están conformados por dos triángulos equiláteros con círculos en los vértices y en los puntos de intersección de sus lados, en los que se colocan los números.
  • Los números son a elección a elección del profesor. Una posibilidad puede ser del 1 al 50 para hacer el juego más corto y dinámico.
  • Cada jugador escribe en los círculos de su cartón sus propios números.
  • En lugar de sacar los números de forma aleatoria, el profesor dice números a su elección, utilizando algún criterio matemático que debe explicar a sus alumnos .
  • El primer premio es para el participante que complete los cuatro números de una misma línea. El cartón tiene seis líneas de cuatro números, que coinciden con cada uno de los lados de los triángulos equiláteros.
  • Y el premio más importante es el “bingo”, que corresponde a completar todos los números del cartón.

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