Criptomoneda y el confiable dinero fiduciario

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Criptomoneda y el confiable dinero fiduciario

En 1983, un criptógrafo estadounidense, David Chaum, piensa la primera moneda virtual y la llama e-cash.

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Mientras China anuncia castigos para quienes negocien dentro de su nación con monedas digitales, países como Honduras, El Salvador y Panamá desarrollan políticas para promover y masificar su uso: en la primera se llama la “bitcoinera”, en El Salvador se denomina la “Ley Bitcoin”, y en Panamá se están discutiendo dos anteproyectos para la regularización del uso de las criptomonedas. Por lo tanto, en estos países comprar criptomonedas es algo cada vez más común.

Evidentemente, esas visiones confrontadas impactan en los mercados internacionales. La primera criptomoneda, el Bitcoin, se ha visto sumida en una serie de altas y bajas muy marcadas, pues su precio de intercambio varía bruscamente de una semana a otra. En tanto otras monedas digitales o tokens como el Ethereum, basada en una plataforma donde el usuario puede controlar el origen y otros datos de la misma, parece estar recibiendo la oportunidad de crecer rápidamente. Hoy en día es más común el intercambio de criptomonedas por productos y servicios que quieran adquirir los consumidores.

Existen casas especializadas, bancos y centros financieros donde se intercambia BTC sin problemas innecesarios, e incluso le dan asesoría a quienes están interesados en invertir en criptomonedas como una forma para lograr mayor rendimiento de su capital. Pero antes de adentrarnos en el mundo de las cripto, remontémonos a sus inicios.

Una historia de descontrol

Desde comienzos del siglo XVII, los Estados comenzaron a organizar un sistema económico basado en una unidad de intercambio registrado. Un informe del parlamento holandés en 1606 identificó 341 monedas distintas de plata, y 505 de oro.

La moneda vino a sistematizar lo que durante cientos de años fue el simple trueque. Al ser confeccionadas en metales apetecidos, pudieron salvar el obstáculo de tener que hacer tablas de intercambio, tales como cuántas zanahorias pueden ser cambiadas por una carga de leña para el fogón.

Lingotes de oro

Valdría decir que el valor mismo de la pieza monetaria marcaba su capacidad de cambio. Sin embargo, no faltaron quienes se aprovecharon para hacer trampa como disfrazar monedas hechas con materiales de poco interés, y recubrirlas con oro o plata. Por eso la situación avanzó hasta que organizaciones bien de los Estados o de origen privado como los bancos comenzaron a dotar a las monedas acuñadas por ellos con su aval institucional.

Surgió entonces un concepto nuevo: la confianza. Un valor adicional para esas monedas. Pronto comenzaron a ser reconocidas, pero ni la plata y ni el oro son bienes ilimitados, así que esos bancos decidieron almacenar oro en sus depósitos, y empezaron a emitir billetes en papel, esto es una especie de documento avalado por las reservas de metales preciosos.

Sin embargo, pronto comenzaron a aparecer los falsificadores, por lo que los emisores de dinero en papel buscaron mejorar las características de seguridad. Lentamente fue creciendo el prestigio de los bancos de Holanda, Suecia, Francia, Alemania y España.

Surgieron luego las Casas de la Moneda y los precios se estabilizaron. La confianza se generalizó. Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1944, la Organización de Naciones Unidas realiza en la población de Bretton Woods, Estados Unidos, una reunión para unificar los criterios del respaldo oro para todas las monedas del mundo.

Pero, a comienzos de la década de los 70s, Estados Unidos rompe el sistema acordado mundialmente. Decide que el único respaldo del dólar sería la confianza en un sistema económico poderoso. Surge la noción del dinero fiduciario. Por eso los billetes llevan impresa la frase “In God we trust”: “En Dios confiamos”, trasladando la confianza en la divinidad al dinero.

Ahora, en el siglo XIX, ha surgido un nuevo giro: la noción del dinero fiduciario basado en la confianza en la palabra del emisor, se pasa al dinero electrónico, a las criptomonedas.

El mercado de la confianza

En 1983, un criptógrafo estadounidense, David Chaum, piensa la primera moneda virtual y la llama e-cash. Luego, 15 años después, un ingeniero informático chino, Wei Dan, formado en la Universidad de Washington, comienza a dar una descripción general de la criptomoneda y su futuro. Trabaja en Microsoft y propone un sistema de efectivo electrónico distribuido y anónimo, fundamentado en un esquema de Prueba de Participación (PoS). Aunque nunca se aplicó, se considera la base de las criptomonedas.

Bitcoin

En el 2008, un japonés llamado Satoshi Nakamoto crea el Bitcoin (BTC), éste se negocia inicialmente por 0,00076 dólares, y 12 años después su cotización de intercambio se sitúa entre los 36 mil y los 55 mil dólares.

Un sistema basado, justamente, en la confianza para con el otro, y en el mecanismo de encriptación. Un tipo de moneda que representa la evolución del dinero fiduciario, y abre las expectativas para los nuevos mecanismos de intercambio comercial a nivel mundial.

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