¿Vuelve la maldición del consejero de Sanidad en Madrid ante las primeras voces de dimisión?

Carrera profesional

¿Vuelve la maldición del consejero de Sanidad en Madrid ante las primeras voces de dimisión?

Los sindicatos se levantan contra Enrique Ruiz Escudero por su “engaño” con el acuerdo de la carrera profesional. Se avecina un otoño caliente.

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    El sillón de consejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid parece maldito. Se trata de un cargo de ‘alto riesgo’ donde la polémica y las peticiones de dimisión son más que habituales. Da igual quién esté al frente del Gobierno. Esperanza Aguirre, Ignacio González o Cristina Cifuentes han visto cómo sus consejeros de Sanidad han sufrido este mal.

    De hecho, la última víctima aún sigue dejando rastro a su predecesor. Jesús Sánchez Martos salió de la Consejería de Sanidad por la puerta de atrás: reprobado por toda la oposición, con los sindicatos en pie de guerra y con múltiples salidas de tono (llamativo el episodio en el que hizo llorar a una asociación de pacientes).

    Ahora las críticas se asientan sobre Enrique Ruiz Escudero. El actual consejero de Sanidad recoge sus primeras peticiones de dimisión después de que esta semana hiciera estallar por los aires la ‘tranquilidad’ en la sanidad madrileña. El Consejo de Gobierno tenía que aprobar el acuerdo para pagar la carrera profesional en tres años; Hacienda lo alteró a última hora y habló de cuatro años.

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    Después de largas y tensas negociaciones entre sindicatos y Consejería de Sanidad, el acuerdo por la carrera profesional parecía un golpe de efecto a favor de Ruiz Escudero. Conseguía desbloquear un problema que ya contaba con una década de recorrido. No fue fácil: antes tuvo que vivir amenazas de huelga y manifestaciones. Pero lo consiguió… hasta este martes.

    Las organizaciones sindicales van más allá que incluso con su antecesor, que con Sánchez Martos. Los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Sanidad ya avanzan movilizaciones (cogen fuerza los tambores de huelga), al tiempo que empiezan a exigir su “dimisión inmediata”. El descontento es mayúsculo.

    Cuando aún no se llega a un año de Ruiz Escudero al frente del departamento sanitario, el ‘modus operandi’ de la maldición se repite: decisiones polémicas que enfrentan con los profesionales y movilizaciones. Siempre puede intercambiar experiencias con sus antecesores.

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    Le puede preguntar a Güemes y Lamela con sus planes privatizaciones y la oposición de los defensores de la sanidad pública; a Lasquetty y sus varapalos judiciales con las nuevas privatizaciones que intentó; a la gestión del Ébola de Javier Rodríguez; a las irregularidades en el Gregorio Marañón y la falta de respuesta ante la hepatitis C de Javier Maldonado; o a la reprobación y el choque con los sindicatos que protagonizó Sánchez Martos.

    Sin embargo, el “engaño” –como lo están llamando los sindicatos- con la carrera profesional no solo aventura un otoño caliente en la sanidad pública. Los avisos en los últimos meses ya vienen dándose. Y es que cabe recordar que los médicos madrileños ya celebraron en abril una jornada de huelga por la deriva que estaba llevando Ruiz Escudero.

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    Por su parte, los líos judiciales tampoco es que favorezcan a la trayectoria del consejero de Sanidad. Al poco de su llegada, se encontró con varios de sus altos cargos de la Consejería de Sanidad imputados por el ‘caso ambulancias’ (aunque fueron imputados por hechos anteriores a su aterrizaje).

    El ascenso de Ángel Garrido provocó la destitución de varios de ellos extendiendo la maldición. No de todos, tal y como ha recordado esta semana la Cadena SER. Se ha conocido que el actual director de Gestión del SUMMA, Santiago Cortés, sigue al frente de su cargo pese a estar imputado por prevaricación administrativa al presionar –presuntamente- a los dueños de la empresa de Ambulancias Alerta para que renunciaran a un concurso público que ganaron.

    Mientras tanto, la Fiscalía de Madrid tiene trabajo alrededor de la sanidad madrileña. Pese a que no se reprueba la gestión actual de Ruiz Escudero, Podemos llevó a Anticorrupción una denuncia por varias irregularidades en los contratos de gestión y adjudicación que firmó Esperanza Aguirre a la hora de construir los siete hospitales que se levantaron durante su mandato.

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    De manera más directa y mirando al consejero de Sanidad, la formación morada exigió a la Comunidad de Madrid que tocase la puerta de la Fiscalía para que investigue el abuso de la contratación menor en los hospitales madrileños. El Gobierno de Garrido defendió su gestión. Podemos amenazó con llevar la denuncia ellos mismos si la Administración no actuaba. Puede tener recorrido.

    Por último, la reprobación más dura a la gestión sanitaria llegó por parte del Tribunal Supremo cuando tumbó el plan de listas de espera que impulsó Sánchez Martos y que sigue defendiendo Ruiz Escudero.

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