Que no es lo mismo a la Plaza con Fidel, que a la Piragua con Díaz-Canel

Desde el Malecón

Que no es lo mismo a la Plaza con Fidel, que a la Piragua con Díaz-Canel

Vivimos nuevos tiempos donde la supervivencia de un proceso revolucionario está en juego por causas internas.

Fidel Castro

En Cuba, no nos llamemos a engaño, hay muchos fidelistas. Si hiciéramos una hipotética disección social, serían mayoría. Y si de engañifas estamos tratando, olvidar, por favor, eso que mete tanto miedo en Latinoamérica y en Miami que es como una suerte de espantapájaros: comunistas.

A pesar de tener un partido así bautizado, con alrededor de 700 000 militantes, si fuesen todos sometidos a una simple prueba teórica, propiamente de conceptos de esa tendencia política, muy pocos aprobarían. Serían, entonces, fidelistas y martianos.

En este entorno actual que vivimos, con dificultades y problemas a diestra y siniestra como nunca antes, la suspensión del tradicional mega desfile en la Plaza de la Revolución (antes llamada Plaza Cívica José Martí) para festejar en un plano más reducido y sensato, ausente de gastos por combustible, en la plazoleta de La Piragua, del municipio Plaza de la Revolución.

Ante tantos avatares, mayores presiones del imperio y tal vez igual cantidad de errores internos, no pocos han meditado qué hubiese hecho el propio Fidel Castro. Interrogante que el mismo presidente Miguel Díaz-Canel confesó a un periodista extranjero que lo entrevistó recientemente.

Vivimos nuevos tiempos donde la supervivencia de un proceso revolucionario está en juego por causas internas, como vaticinara Fidel en su momento, además del actuar genocida de la Casa Blanca.

Habrá que pensar mejor las cosas y no olvidar nunca a todo un pueblo que merece ser escuchado, incluyendo a esos “comunistas” en la base que no tienen pelos en la lengua y que tienen firmes los pies sobre la tierra.

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