Rajoy es una versión aburrida de Berlusconi

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Rajoy es una versión aburrida de Berlusconi

Carlos Humanes, periodista

Mariano Rajoy acudió al Senado con la intención de dirigir su mensaje a las élites del Partido Popular. Es decir, a los profesionales del PP. Y el balance, más allá de las buenas palabras que le dedican diarios como La Razón y ABC, es más bien negativo. Atención especial se merece la prensa internacional; no ha sido bondadosa.

Lo más molesto de todo es la interpretación reduccionista del aclamado como líder por la bancada popular, relacionando sus problemas políticos y personales con los que sufre España. Tiene que comprender, además, que las acusaciones no funcionan en política como sí lo hacen en el ámbito jurídico. Cuando uno está en esas lides la inocencia sí hay que demostrarla.

En definitiva, todo fue un soberano disparate. Y esta conclusión la pone en evidencia, una vez más, el profundo desapego que siente la ciudadanía española con respecto a los partidos políticos que se supone la representan. Habrá que ver los datos del CIS –los publicados este viernes se habían conseguido antes de la sesión extraordinaria- después del esperpento, a ver qué dicen.

Al final el PP va a tener que arrepentirse de no haber hecho lo que cualquier otro partido habría hecho. No se puede tener a un secretario general de partido que designó a un tipo como Luis Bárcenas como Tesorero de la formación. Y que, además, después de conocerse la realidad no sólo no se distancia sino que se dedicar a enviar, durante meses, un apoyo tanto moral como material. Por si acaso quedaba alguna duda.

La historia que venden Rajoy y su entorno lo único que consigue es presentar al presidente como una especie de versión aburrida de Berlusconi. Así es como lo ven los corresponsales a los que convocó hace unas semanas en la Moncloa.

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