Bueno, pues sí, para la calvicie sigue sin haber remedio pero para el alcoholismo, sí, ya ha aparecido. Los alemanes, que a pesar de Angela Merkel hacen algunas cosas bien, han logrado un medicamento que librará de las adiciones de la bebida. Al menos eso es lo que aseguran sus descubridores. Es decir, que los borrachos habituales van a curarse. Seguirá habiendo, claro, melopeas coyunturales de aquellos a quienes se les vaya el oremus cuando se entretengan empinando el codo de manera ocasional.
Pero, ya digo, gracias al medicamento de marras, de nombre Selincro, los hábitos alcohólicos de algunos van a tener su remedio, para quienes quieran ponérselo, claro. Habrá que ver ahora si Ana Mato lo incluye en las listas de específicos cofinanciados por la seguridad social, suponiendo que para entonces siga siendo ministra y quede aún medicina gratuita para alguien.
En España se calcula que hay 200.000 alcohólicos y el Selincro estará en las farmacias en 2014. Hasta entonces, a esperar tocan. De momento las autoridades europeas del ramo ya le han dado el visto bueno. Por ahí se empieza. Los experimentos a que ha sido sometido con 2.000 pacientes parece que ha dado resultados satisfactorios en un sesenta por ciento, lo cual no despierta euforia pero si comentarios del estilo de “no está mal”. Ellos, los expertos, sabrán.
De momento es lo que hay. Hasta ahora no se había encontrado nada más eficaz.
Hay que añadir que el Selincro no es de efecto instantáneo y que hay que tomarlo durante seis meses, un incordio. Pero intentarlo merecerá la pena tanto a los que consigan remedio para su problema como para los que tenemos que soportar de vez en cuando la pesadez e impertinencias.
