La culpable es… ¡la soja!

Opinión

La culpable es… ¡la soja!

Ya hay culpable, por fin, para el E.coli que tantas muertes y consiguiente alarma está causando. Nada de pepinos españoles, que fueron los primeros en tener que vérselas con la furia de las autoridades alemanas que con tanta frecuencia se olvidan de atarse los machos. Los pepinos de Almería, lo mismo que los del resto de España, son inocentes aunque en Rusia, donde también hay que echarle de comer aparte al personal que manda, se les siga manteniendo en cuarentena, bajo sospecha, y en unas de estas se les manda a un Gulag en Siberia para que se congelen de frío.

Es la soja, mejor dicho, son los brotes de soja que tanto recomiendan los dietistas para la salud, los que han expandido la bacteria siniestra. Eso al menos es lo que aseguran haber descubierto los científicos. Soja, y, además, no de cualquier soja: el mal lo llevan dentro los brotes de soja de la Baja Sajonia. Por lo tanto, que doña Angela Merkel se las apañe con los productores y si le parece que les recrimine tomarse demasiadas vacaciones, como hace poco hizo, también sin razón, con los obreros españoles.

Está feo, sí, eso de echar culpas sin pruebas fehacientes a la primer verdura de temporada expuesta en la frutería de la esquina. Pero los responsables de semejante ligereza, que para empezar no dimiten, parece que van irse de rositas después de haber causado tanto daño a unos agricultores que están pasándolo mal y no han tenido culpa alguna. El Gobierno de Zapatero no quiere molestar, por lo que se deduce, a la señora canciller no vaya a ser que un día se la necesite, y ha renunciado a reclamarle daños y perjuicios. Aquí somos así, señora Quijotes hasta la sepultura.

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