Todo listo en La Habana para el megaconcierto de los Rolling Stones este Viernes Santo que, según los especialistas en contar gentes, calculan en un millón de seres vivientes y no pocos mutantes presentes en el espectáculo. Si durante la visita de Obama en determinados sitios y también en algunas casas como las colindantes a la Fábrica de Arte, que visitó la Primera Dama, se prohibió el consumo de ron, ahora vuelven a disponer que cero botellitas o canequitas en la explanada del concierto. También han recomendado que cada cual cargue consigo galletas, caramelos y una botella de agua. No sugirieron una tortillita porque el huevo está que aparece y desaparece como por arte de magia y la gente se nos puede molestar.
La ciudad vuelve a ponerse a tope de personas que desde otras provincias y rincones del planeta no quieren perderse un acontecimiento irrepetible como el de Obama presidente. Vecinos del área del concierto, que disponen de pequeños Chalets, ya tienen cubiertas sus azoteas al precio de 100 dólares la noche.
Con Obama, largas jornadas de meditación, reflexión y hasta de interpretación de lo que dijo a pesar de haber hablado más claro que el agua absolutamente de todo. En cambio, con los Rolling Stones, pura distracción, deleite y nostalgia por tiempos pasados.
Una vez concluida la turbulencia Stones de seguro pasará algo que vuelva a llamar la atención local e internacional porque la isla ha comenzado el año de una en otra. Entre las cosas que se avecinan estará el VII Congreso del partido comunista, donde se espera que de una vez y por todas se defina el concepto del modelo económico cubano. Se espera también un crucero que vendrá directamente de puerto miamense.
Vamos, que hasta puede resultar posible la aparición de un OVNI en nuestras playas y no en un campo de la maltrecha agricultura.
