Manuel Fernández de Sousa, presidente de Pescanova, empresa que presentó concurso de acreedores en abril, y que ha sido denunciado por Manos Limpias «ante las gravísimas irregularidades y lesión al interés público» en la gestión de la compañía, habló hoy de su situación en Onda Cero.
Preguntado sobre qué le hizo vender la mitad de las acciones que poseía, lo cual le reprochan sus socios, el presidente de Pescanova respondió que la pregunta es por qué no vendí todo. «No vendí todo porque creía en la empresa y lo que vendí, un tercio, lo metí en forma de préstamos para ayudar a la tesorería de la compañía».
Fernández de Sousa ha vuelto a negar uso de información privilegiada en la venta de 1,9 millones de títulos semanas antes del colapso financiero de la compañía. «Yo vendí porque tengo necesidad personal de vender».
“Lo hice porque tenía problemas personales y porque la empresa necesitaba tesorería. No tenía más remedio y también porque quería ayudar a Pescanova”. “Le he prestado dinero para ayudarla».
A la pregunta sobre cuántos trabajadores habría que prescindir para que Pescanova sea rentable, dice que “la compañía es viable con su plantilla”, si los precios siguen creciendo.
Recalcó que “podría haber dimitido y haberme ido hace tiempo” y ha insistido en que no ha hecho nada “de lo cual no pueda dar explicaciones. Siempre he actuado en defensa de Pescanova aunque fuera en perjuicio de mis intereses personales”.
Sobre la denuncia que ha presentado contra él Manos Limpias por supuestos delitos de falsedad en documento mercantil, delito societario, insolvencia punible, maquinación para alterar el precio de las cosas y delito fiscal, dijo que se siente “razonablemente tranquilo por lo menos en mi conciencia”, aunque “habré cometido errores”.
