El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se encuentra en la cuerda floja. Y necesita nuevos aliados para ganar tiempo.
La crisis provocada por los socialistas gallegos que mantienen su propuesta para la celebración de las primarias, a pesar de que se sitúa fuera de los permitido en los estatutos del partido, según la versión de Ferraz, puede precipitar la caída del líder.
O tal vez, no. Todo depende de los actuales hombres fuertes del partido. Con Griñán enredado en el caso de los Eres, el PSC a la baja, los zapateristas desacreditados y el ‘guerrismo’ deshojando la margarita, las relaciones de poder han cambiado.Y mucho.
A pesar de su fracaso electoral en el País Vasco, Patxi López mantiene intacto su prestigio en el partido. Muchos están convencidos de que es la próxima opción ganadora y, de momento, mantiene la neutralidad frente a las presiones sobre Rubalcaba.
Otro líder con predicamento es el asturiano Javier Fernández que, además de recuperar esta comunidad para el PSOE va muy bien en las encuestas.
Lo mismo que el Alcalde de Toledo, Emiliano García Page, que tiene muchas posibilidades de recuperar Castilla-La Mancha para el PSOE, desalojando del poder a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Los tres intervinieron en el Comité Federal de ayer. Y los tres exigieron que, con independencia de que sea necesario ampliar las vías para que los simpatizantes y los militantes participen en la elección de los líderes, sería necesario combinar este deseo con el cumplimiento de los estatutos.
Toda una advertencia para el gallego Pachi Vázquez que quiere seguir adelante con su propuesta, a pesar del rechazo de la dirección nacional.
Vázquez aboga por dos votaciones. Una para que la militancia elija al secretario general directamente y otra para elegir los delegados del Congreso encargado de ratificarla.
Rubalcaba quiere una sola votación para elegir delegados entre listas similares a las de las elecciones que se celebran en España.
