José Bono y Francisco Vázquez aspiran a continuar vinculados al servicio público para no perder ni poder ni visibilidad en los medios. Al menos, esta es la opinión de algunas fuentes socialistas consultadas por EL BOLETIN, que aseguran que ambos compiten por conseguir que el PP les designe como responsables de la Oficina del Defensor del Pueblo.
El expresidente del Congreso y el que fuera embajador en la Santa Sede están convencidos de que Mariano Rajoy imitará a José María Aznar e intentará nombrar a un rival político para este puesto. Una elección que no debe sorprender a muchos, ya que las fuentes consultadas recuerdan que en el año 2000, el primer presidente de los populares que llegó a La Moncloa, en cuanto tuvo mayoría absoluta optó por un socialista para Defensor del Pueblo. Entonces el elegido fue Enrique Múgica que había sido ministro de Justicia con Felipe González.
Precisamente el adiós de Múgica el pasado verano ha dejado huérfano este cargo que ostenta María Luisa Cava de Llano y Carrió de forma interina a la espera de un nombramiento que puede pasar por los nombres de ambos socialistas.
El propio Vázquez ha asegurado en las últimas horas sobre su futuro que “si alguien piensa que puedo servir como persona de consenso entre los dos grandes partidos para ayudar a mi país, ahí me encontrarán siempre a disposición”.
No menos interés despierta el Defensor del Pueblo en Bono que, tras dejar ‘colocado’ a su delfín, el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, como secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, busca un hueco en la escena pública para seguir ‘dando guerra’. Nada mejor que presidir una institución siempre rodeada de la polémica y que despierta tanto interés mediático.
Ambos candidatos tienen un perfil similar y personifican ese sector del PSOE denominado como ‘socialistas franquistas’ que aglutina a veteranos dirigentes del partido caracterizados por su conservadurismo y su religiosidad.
