La visita del Papa a Santiago de Compostela ha deslucido la presentación en sociedad de lo que algunos denominan ya el ‘tea party’ español. Muchos de los que apoyan la concentración de mañana en Madrid, impulsada por Francisco José Alcaraz y amparada por el sector más conservador de la derecha española, no podrán acudir al acto, ya que asistirán a la misa que ofrecerá el Pontífice en la ciudad gallega.
El presidente de Voces contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, ex líder de la AVT, ha elegido mala fecha para recuperar lo que denomina “rebelión cívica”, que no es más que la reactivación del sector más radical de la derecha española en un momento en el que el PP lidera las encuestas sobre intención de voto. Su principal valedor, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, no podrá acudir ya que estará presente en los actos del Papa en Santiago de Compostela.
No obstante, el eurodiputado ha dejado claro en varias entrevistas publicadas en los últimos días por Libertad Digital e Intereconomía, que apoya “absolutamente” la concentración porque “estamos ante un proceso de resolución de conflictos, en un proceso pactado entre el Gobierno y ETA”. Sí asistirán, según Alcaraz, María San Gil, José Antonio Ortega Lara y la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola, habituales defensores de las tesis de Mayor Oreja. La Fundación de Víctimas del Terrorismo, que agrupa a la mayoría de asociaciones, ha mostrado su “total rechazo” a la concentración.
Frente a esta reaparición del sector más duro de la derecha, tras dos años en la sombra, Génova mantiene silencio y evita hacer referencias al asunto, especialmente Mariano Rajoy, quien ayer le faltó tiempo para ‘huir’ de las preguntas sobre este asunto en un acto celebrado en Madrid. Y es que los ecos del ‘aznarismo’ vuelven a poner piedras en su estrategia moderada cuando queda apenas año y medio para las generales.
Buenas relaciones
Por otro lado, el acto tiene lugar cuando la Iglesia y el Gobierno mantienen buenas relaciones. Hace unos días, el presidente de los obispos españoles, Antonio María Rouco Varela, agradecía a María Teresa Fernández de la Vega su “sensibilidad” para con la Iglesia mientras fue vicepresidenta. Además, El Vaticano ha reconocido que las relaciones entre la Santa Sede y el Ejecutivo son “serenas y positivas” y agradece el ambiente “cordial y positivo” en la visita de Benedicto XVI.
Por contra, la Iglesia no está muy de acuerdo con alguna actuación de dirigentes del PP, como Esperanza Aguirre. La presidenta madrileña mantiene a Fernando Sánchez Dragó en Telemadrid a pesar de que en un libro reconoce haber mantenido relaciones con menores de edad. Tampoco gusta la ambigüedad del principal partido de la oposición en asuntos como la Ley del Aborto. A pesar de que la formación ha recurrido ante el Tribunal Constitucional la norma, hoy la diputada por Málaga Celia Villalobos puntualizaba en TVE que habría que esperar a la decisión del tribunal antes de asegurar que si Mariano Rajoy gana las próximas elecciones cambiará la legislación. En este sentido, declaró que “ste debate me recuerda a los del año 85, antes de que llegáramos al poder”, cuando se decía que «el PP va a acabar con todo cuando llegue a la Moncloa». Asímismo, recordó que durante los gobiernos de José María Aznar, la Ley del Aborto que contemplaba tres supuestos “siguió funcionando en este país con absoluta normalidad”.
Asímismo, el movimiento de Alcaraz y los ‘suyos’ no está recibiendo ningún apoyo de la Iglesia. En la COPE, emisora de la Conferencia Episcopal española, no se han referido a la convocatoria en ninguno de sus programas. Los medios de Federico Jiménez Losantos, Libertad Digital y esRadio, denuncian un ‘boicot informativo’ y retransmitirán el evento en directo. Intereconomía, aunque apoya el acto, ha optado por contar en directo la visita de Benedicto XVI.
PP vasco
Un día antes de que Alcaraz vuelva a ‘sacar’ a la calle a quienes defienden la teoría de que el Gobierno negocia con ETA, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, mantuvo un encuentro con el lehendakari Patxi López. En esa reunión ambos zanjaron la polémica en torno a la presunta reunión entre dirigentes del PSE y de la izquierda abertzale, desmentida por los socialistas vascos, y confirmaban su sintonía en política antiterrorista.
