La farmacéutica gallega acumula un rally del 12% en las últimas cuatro sesiones a cuenta de su reconocido antitumoral. Este jueves ha recibido el último pago pendiente de Janssen. Zeltia vuelve a colocarse entre los valores más pujantes del Mercado Continuo. Y una vez más vuelve a hacerlo gracias a los avances de su fármaco estrella Yondelis en EEUU. La recepción del último pago que le quedaba pendiente por el desembarco del antitumoral en tierras yanquis ha llevado su gráfica a máximos del año 2010.
En los cruces más entusiastas de la jornada en que se ha confirmado este último pago, cada una de las acciones de Zeltia ha llegado a pagarse a 3,385 euros. Un precio insólito en la gráfica de la farmacéutica gallega desde octubre de 2010. El rebote de precios ha alcanzado el 4,8% arriba para alcanzar la cota desconocida en el último lustro.
Además, el volumen de negociación superaba ya a media sesión el millón de títulos, cuando es frecuente que no se alcance ni el medio millón al cierre de la jornada bursátil. No obstante, a cuenta de los avances que en los últimos días se han ido anunciando sobre el Yondelis y otros medicamentos desarrollados por la compañía, su gráfica ya acumula cuatro sesiones consecutivas al alza en las que se ha apuntado un rally del 12% cimentado sobre un sólido volumen que en todos los casos ha superado la marca del millón de acciones.
El motivo de regocijo este jueves no era otro que el de la llegada del quinto y último pago de 10 millones de dólares al que Janssen Products -filial del grupo Johnson & Johnson- se había comprometido con la española en función del alcance de ciertos hitos de desarrollo y negocio del Yondelis en EEUU. Se escribe así el capítulo final de un acuerdo estratégico que vio la luz a finales del ejercicio 2011 y que desde entonces ha reportado ingresos por 110 millones de dólares -unos 96,25 millones de euros- a las arcas de Zeltia.
Este enésimo pago llega tres meses después de que el socio estadounidense de Zeltia anunciase que iba a iniciar los trámites para conseguir el visto bueno de las autoridades de aquel país para tratar el sarcoma de tejidos blandos con el archiconocido antitumoral. Esta misma semana se anunciaba que el supervisor médico revisaría esta solicitud “de forma prioritaria”, presagiando un mayor y más inminente negocio del que en un principio hubiera cabido esperar.
