Rafael Nadal siempre está en el candelero, por mucho que les pese a estos de los guiñoles franceses, que “son unos tontos” (es palabra real y no mía). Pero es que además de ser un gran deportista tiene la suerte de despelotarse y de que se despelote a su lado una de las más bellas modelos: Bar Refaeli, a la que además se la ve muy cómoda, semidesnuda al lado del tenista español.
Hoy, las fotos de la campaña de ‘Sports Illustrated’ sobre las últimas tendencias en bikinis de cara al próximo verano están en todos los diarios y webs, por lo que no es de extrañar que Rafa, que es como le llaman los aficionados, tenga una sonrisa de oreja a oreja cuando habla con don Juan Carlos (ver foto de portada de Abc). Tanto que a lo mejor no le está contando al monarca nada de la Copa Davis, ni de Federer, ni de los guiñoles de Canal Plus sino alguna confidencia sobre las bondades de sus incursiones en publicidad. Ya que esta actividad le permite estar así en plan íntimo con la que fuera novia de Leonardo di Caprio y antes abrazar y besar apasionadamente, por lo menos en la ficción, a otra mujer de bandera: la cantante Shakira, con quien protagonizó el vídeo de Gitana, eso sí cuando ella aún no era novia del futbolista del Barça Gerard Piqué.
Y si hay tenistas en la cresta de la ola que, afortunados, muestra su cara más amable y ríen ante los periodistas, Arantxa Sánchez Vicario -que también fue número uno en su día en este deporte- llora a moco tendido ante los flashes de los fotógrafos. Su culebrón familiar, memorias polémicas y graves acusaciones a sus padres incluidas, sigue haciendo correr ríos de tinta y ha provocado que, como recalca La Razón, Arantxa haya “dejado de ocupar espacio en la Prensa deportiva; su vida es ahora tema de debate entre la prensa del corazón”. Bueno del corazón y del hígado, que La Razón no es Hola. Digo yo.
