Que una treintena de diputados tuviera que acceder al Parlamento catalán en helicóptero no resulta fácil de digerir y se ha notado en las tertulias mañaneras donde había un cabreo descomunal con los ‘indignados’ que ayer la montaron en Barcelona, aunque algunos como Carles Francino en la SER no han querido generalizar por lo que ha aclarado que condena estos actos que son “una vergüenza”, y no el movimiento, explicando que su repulsa es contra quienes “se pasaron 27 pueblos”. Su contertulio, José Antonio Zarzalejos destacó que el Gobierno debería haber previsto con informes secretos que esto iba a suceder y haberlo evitado y si no utilizar la fuerza de forma proporcional “ya que no puede ser que un presidente autonómico no pueda acceder con su coche a un Parlamento”. Joaquín Estefanía aseguró que le hirieron las imágenes en las que se mostraban los insultos y las agresiones a los representantes políticos.
En la COPE le pasó algo similar a Inocencio Arias que calificó la imagen de “patética” y “blasfema”, aunque en la emisora episcopal se escucharon más reproches al Gobierno, especialmente al ministro de Interior, al que acusaron de “dejación de funciones”. Tres cuarto de lo mismo hicieron en Onda Cero Mamen Gurruchaga y Justino Sinova, que creen que esto se arregla “poniendo a trabajar a Rubalcaba”, aunque David Gistau no estuvo de acuerdo en que el ministro haya sido tan blando. Cree que si hubiera actuado en Sol “el pueblo español no lo habría entendido” y que una carga policial cuando el movimiento se hunde le hubiera beneficiado cuando ahora se está ahogando solo y sin necesidad de que Rubalcaba haya tenido que actuar.
