Sanitarios del Hospital Infanta Sofía de Madrid se han concentrado a las puertas del centro para exigir la apertura, de una vez por todas, de la Torre 4 y que las 16 camas UCI que hay en ella se puedan usar. Y es que, estas instalaciones no se han estrenado todavía pese a que su puesta en marcha estaba prevista para 2017. Tres años después, y en plena segunda ola del covid-19, el personal del hospital reclama a la Comunidad poder utilizar estos recursos, que no hacen otra cosa que acumular polvo.
“Están jugando con la salud de los ciudadanos y con nosotros”, ha denunciado Noelia Valladar, sanitaria delegada de CSIF en el Infanta Sofía, que junto a representantes de AMYTS, SATSE, CSIT, CCOO, UGT, MATS y USAE han alzado la voz contra la gestión sanitaria del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Según Valladar, con las mencionadas camas sin estrenar se hubiera mejorado la atención. “Hubiéramos conseguido 16 puestos más”.
“¿Por qué no la han abierto -la Torre 4- y han dejado que 16 pacientes hubieran podido estar ahí y quién sabe si no se hubieran salvado?”, se ha preguntado la delegada sindical y sanitaria de este hospital. Tras esto, ha lamentado que “lo peor es que habiendo recursos, que no se utilicen y se gasten millones en otros hospitales cuando podemos usar los recursos que ya tenemos”, en alusión a la construcción del Isabel Zendal.
Respecto a esto último, el “hospital de hospitales”, como lo defiende Isabel Díaz Ayuso, el portavoz de CISF en la región, Fernando Hontangas, también presente en esta concentración, ha afirmado que “es totalmente innecesario”. Además de la “descapitalización” de personal que puede generar en otros centros, “va a suponer una vuelta de tuerca más para los trabajadores del Sistema Público de Sanidad”.
Las quejas por la existencia de recursos sin usar en el Infanta Sofía se suceden entre el personal. Así, Ana de la Fuente, enfermera de este centro y delegada de SATSE, ha detallado en declaraciones a EL BOLETIN que, a consecuencia de la no apertura de estas camas, hay pacientes críticos covid que están en una sala diáfana, “sin intimidad”, y “en la que no se pueden garantizar todas las medidas de seguridad para los sanitarios”.
