La caída de los ingresos petroleros en Venezuela ha obligado al presidente Hugo Chávez a acelerar su ofensiva para conseguir financiación de sus aliados y relanzar el sector energético del país. Funcionarios de Pdvsa, con Rafael Ramírez al frente, se encuentran reunidos con una delegación surcoreana, unas negociaciones que se producen después de que el mandatario anunciase que utilizará capital del fondo conjunto con China para impulsar los proyectos de la Corporación Eléctrica Nacional, habitualmente gestionados por el Fonden.
Las conversaciones con Corea del Sur anticipan la firma de un pronto acuerdo para agilizar la exploración en la Faja del Orinoco, en la que las autoridades estiman que existen reservas de unos 272.000 millones de barriles.
Las exportaciones de crudo venezolanas también podrían centrar el eje de las negociaciones, después de que Chávez haya expresado en repetidas ocasiones el deseo de su gobierno de diversificar la cartera de clientes de Pdvsa que tiene entre sus principales suplidores a EEUU.
La búsqueda de otras fuentes de finanaciación responde, según los analistas consultados por Americaeconomica.com, al plan de Chávez de reducir al mínimo los gastos del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), que habitualmente se encarga de administrar los préstamos al sector energético.
Ante la caída de los ingresos, el presidente decidió hace unos meses que el Banco Central de Venezuela traspasase 12.200 millones de dólares de las reservas para capitalizar al fondo. Según el diario local El Nacional, cuando se realizó esa transferencia de recursos, las disponibilidades del mecanismo ascendieron a 19.800 millones de dólares.
Sin embargo, durante el primer semestre el Ejecutivo comenzó a utilizar recursos del esquema para programas «prioritarios» y en una primera etapa se destinaron a varios proyectos 5.500 millones de dólares. A eso hay que añadir el gasto de las nacionalizaciones que se están llevando a cabo en el país.
