Para su previsión, los investigadores partieron del supuesto de que las sanciones contra Rusia seguirán vigentes hasta el año 2030, aunque la guerra haya terminado para entonces.
«Debido a los efectos de la guerra, el repunte económico posterior a la pandemia del coronavirus no se materializará», explicó Enzo Weber, del IAB.
En su informe, los investigadores consideran que el aumento de los precios de los combustibles fósiles es el principal freno económico. Esto afecta sobre todo a la economía exportadora y a las posibilidades de consumo privado.
El estudio prevé que los efectos más fuertes en el mercado laboral se producirán en el sector de la hostelería, los servicios sociales y la producción de alimentos.
Sin embargo, también los especialistas estiman que irán disminuyendo con el paso de los años. Para el año 2030, ven incluso un efecto positivo con un aumento de 60.000 personas más en el mercado laboral.
