A la mina de uranio a cielo abierto que se pretende abrir en Salamanca, ahora se une otra de litio, también a cielo abierto, en la ciudad de Cáceres, un proyecto igualmente controvertido contra el que Izquierda Unida presentará batalla no sólo en España sino también en Bruselas.
IU ha informado que -a través de los responsables de su federación extremeña, prepara “distintas iniciativas que presentará tanto en el Congreso de los Diputados como el Parlamento Europeo para paralizar el proyecto de la mina de litio”, al considerar que “aporta ningún beneficio ni para la población de Cáceres ni la de Extremadura”.
Según coordinador general de IU Extremadura, Joaquín Macías, «estamos frente a una iniciativa que sólo responde a intereses económicos privados, pone en riesgo el bienestar de toda la población y la continuidad de Cáceres como un atractivo destino turístico”.
La ofensiva contra este proyecto se argumenta en que Izquierda Unida “comparte y apoya» la valoración de importante colectivos, asociaciones y grupos ecologistas como la Plataforma Salvemos la Montaña o Ecologistas en Acción que advierten de que este proyecto “destruirá de forma irreversible la montaña, pone en riesgo la salud de los habitantes de Cáceres, genera un consumo insostenible de recurso hidráulicos y una enorme cantidad de residuos tóxicos”.
Y añade el responsable de la Federación Extremeña de IU que “mientras algunos utilizan la creación de empleo como principal argumento para defender el proyecto de la mina de litio, existen estudios fiables que demuestran que ni se genera industria ni empleo en la zona”. “Por el contrario -insiste-, se pone en riesgo el modelo de turismo sostenible que sí produce riqueza en el territorio”.
“Catástrofe ambiental”
Las ONG conservacionistas de Extremadura llevan ya muchos meses advirtiendo que la mina de litio será una catástrofe ambiental para la ciudad de Cáceres y su entorno, tras lo cual decidieron crear una plataforma llamada “Salvemos la Montaña de Cáceres”.
Ecologistas en Acción denuncia que el proyecto contempla construir una mina a cielo abierto de al menos 300 metros de profundidad, lo que supondrá la voladura de millones de toneladas de tierra y rocas, generando un enorme agujero de más de un kilómetro de diámetro. Y avisa que “también está previsto el tratamiento de las menas de litio con procesos de lixiviado en ácido sulfúrico y de calcinación con sales de sulfato, lo que implicará un enorme consumo de agua y la generación de residuos muy peligrosos”.
Además, se advierte que “las voladuras para la apertura de la mina y la extensión de la misma para alcanzar las zonas más profundas con vetas de litio, que los informes de la empresa australiana Plymouth Minerals sitúan a 300 metros, hará desaparecer todo el valle del arroyo Valhondo, a los pies de la Sierra del Portanchito, produciendo vibraciones constantes que afectarán a todas las construcciones del entorno, así como emisión de polvos, ruidos y tráfico de vehículos pesados”. E informan que “las enormes cantidades de explosivos deberán ser transportados regularmente a la zona y almacenados en polvorines, generando una circulación de materiales muy peligrosos que puede alterar la circulación en las carreteras cercanas”.
Recalcando Ecologistas que «todo el proceso genera lodos y aguas fuertemente contaminadas que deben depositarse en enormes piscinas o depósitos de decantación, como el de Aznalcollar, que en 1998 sufrió la rotura de su dique de contención causando un desastre ambiental que contaminó gravemente el cauce del río Guadiamar, principal aporte de agua a las marismas de Doñana.
