El antiguo mandatario soviético ha pedido públicamente a ambos presidentes que suavicen la convulsión social de Ucrania, ya que ésta va encaminada hacia la “catástrofe”. El expresidente soviético, Mijaíl Gorbachov, ha decidido pronunciarse sobre la convulsión social en Ucrania, donde la oposición lleva semanas en la calle para protestar contra la cercanía que el presidente Víctor Yanukóvich demuestra hacia Moscú, y ha pedido a los presidentes de EEUU y Rusia, Barack Obama y Vladimir Putin, que medien para evitar una “catástrofe”.
“Una lucha entre ucranianos no se puede permitir. Es completamente absurdo. Sin embargo, la situación ha evolucionado de tal forma que hace pensar en la posibilidad de una catástrofe sin nuestra ayuda, sin el apoyo de representantes con autoridad de nuestros dos estados”, ha dicho en clara alusión al Kremlin y la Casa Blanca.
Las declaraciones, recogidas por la prensa rusa, aluden al carácter de nación que para él tiene Ucrania y a los sólidos vínculos de amistad que unen, en su opinión, a Kiev con Moscú: “Como mucha otra gente en Rusia, me tomo muy en serio lo que está sucediendo en Ucrania. Simplemente, no me puedo imaginar cómo podría partirse la nación, la sociedad”. Además, Gorbachov se refirió a sus lazos familiares: “Mi madre era ucraniana y mi padre era ruso. Mi última mujer, Raisa Maximovna, era ucraniana. Y ejemplos como el mío hay a millares”.
Precisamente, una de las connotaciones que subyace a los enfrentamientos registrados en decenas de ciudades ucranianas –incluida Kiev, la capital- es la confrontación étnica. El oriente y el sur del país están habitados por una mayoría de ciudadanos de origen ruso, mientras que en la zona occidental prevalece el origen étnico ucraniano. Los manifestantes, de hecho, portan multitud de banderas ucranianas y de la Unión Europea al tiempo que acusan a Yanukóvich de sumisión ante Rusia después de haber rechazado la firma de un tratado de libre comercio con Bruselas el pasado otoño.
