Vuelve la inversión extranjera a España e Italia

Inversión

Vuelve la inversión extranjera a España e Italia

Billetes de dólares y euros

Ambos países han registrado, en los últimos tiempos, la llegada de capital extranjero. Otros países, como Grecia, intentan sumarse a esa tendencia sin tener aún demasiado éxito. Bruselas considera que los países del sur de Europa tienen que salir de la crisis utilizando al foráneo. Esto significa ganar en competitividad para poder exportar. Pero no sólo. También hay que atraer inversión extranjera que ponga dinero sobre la mesa de unos Estados con las arcas en números rojos. Italia y España lo están consiguiendo.

Esta semana se han conocido que los inversores extranjeros han inyectado en España 46.770 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, frente a los 224.357 millones de euros que sacaron del país en el mismo periodo de 2012, según los datos de la balanza de pagos del Banco de España.

El dato pone de manifiesto que la confianza parece estar regresando, poco a poco, a la economía española, que durante el tercer trimestre del año ha abandonado la recesión, con un crecimiento intertrimestral del 0,1%.

Sólo en el mes de septiembre, las entradas de capital extranjero en España alcanzaron los 9.972 millones de euros, una cifra que, sin embargo, es bastante inferior a los 29.752 millones de euros que llegaron al país en el mismo mes del año anterior, justo después de la intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en la que garantizó su ayuda a los países en problemas si piden un rescate con una ‘condicionalidad estricta y plena’.

En Italia el proceso es similar, y la evidencia se encuentra en la ciudad de Milán, considerada, también, la capital económica del país. El Corriere della Sera, un diario milanés que tiene una tirada actual de 800.000 copias, ha anunciado recientemente la venta de su bastión, sito en la Via Solferino, al fondo de inversión estadounidense Blackstone por 120 millones de euros.

Precisamente, era el Corriere della Sera el que informaba hace unos días de que el 70% del Inter de Milán ha sido vendido, por primera vez desde su fundación en 1908, a manos extranjeras. En concreto, procedentes de Indonesia. Este club de fútbol es el único de todo el país que jamás ha abandonado la gran categoría del calcio. De ahí que, junto con el A.C. Milan que ha presidido durante años Silvio Berlusconi, represente deportivamente a la ciudad.

Milán ha sido durante buena parte del siglo XX la “verdadera capital del país”, en palabras de Indro Montanelli. Este intelectual –considerado como uno de los grandes periodistas del país- afirmó en su momento que todo aquello –lo bueno y lo no tan bueno- que comienza en la ciudad termina por expandirse al resto del país. El movimiento fascista de Benito Mussolini es un ejemplo de ello. El ya citado Berlusconi, otro.

El semanario alemán Der Spiegel informa, además, de que casi todas las compañías de moda tradicionalmente asociadas a la ciudad –Gucci, Bulgari, Fendi o Valentino- ya están siendo controladas por manos extranjeras. Y las que no, como Versace, están en negociaciones para dejarse tentar por una buena cantidad de dinero. La ‘caída’ del histórico periódico y del Inter sólo suponen un paso más.

Italia es la tercera potencia de la zona del euro, por detrás de Francia y Alemania. Sin embargo, sus cifras macroeconómicas preocupan a Bruselas; su ratio deuda-PIB se sitúa en el 134% y sólo tiene por delante a Grecia, mientras que su déficit público sigue conllevando que Roma reciba toques de atención constantes por parte de la Comisión Europea. Los expertos dicen que el país necesita experimentar una ola de inversión extranjera para salir del bache. Siguiendo la lógica de Montanelli, parece que ésta ya está llegando.

El Gobierno griego está intentando sumarse a esta tendencia. Según datos suministrados el pasado mes de octubre por el diario Ekathimerini, el PIB del país ha caído un 25% desde el inicio de la crisis –en el año 2010- y durante todo este período muchas compañías extranjeras han salido del lugar; Société Générale o Carrefour son dos ejemplos de ello. Sin embargo, hay indicios de un cambio de tendencia ahora que una salida del euro ha quedado prácticamente descartada por los mercados.

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