Letonia no quiere convertirse en la nueva Chipre y se prepara para rechazar el dinero ruso

Internacional

Letonia no quiere convertirse en la nueva Chipre y se prepara para rechazar el dinero ruso

El temor de Letonia es convertirse en una nueva Chipre, con unos bancos que septupliquen, gracias al dinero de la oligarquía rusa, el tamaño del Producto Interior Bruto (PIB) del país y cuyo riesgo sistémico sea abrumador.

“No existen factores demostrados que indiquen que Letonia pueda convertirse en una segunda Chipre ya que el volumen de ambos sectores financieros así como el tamaño de las dos economías es muy diferente”, se ha apresurado a explicar el presidente del regulador financiero letón (FKTK, por sus siglas originales). Kristaps Zakulis teme que si la república báltica emula, por lo que sea, el camino de la isla mediterránea quizá pueda complicarse su entrada en la zona del euro, prevista para el 2014.

Las estimaciones varían, pero en los bancos de Chipre habría dinero ruso valorado por encima de los 21.000 millones de euros. Puede que hasta 30.000 millones de euros, según algunas fuentes.

Tras el cierre de las entidades chipriotas después de que el Gobierno del país plantease imponer una quita en sus depósitos (del 9,9% para los que superen los 100.000 euros y del 6,75% para los que se sitúan por debajo de esa cifra), los multimillonarios de Rusia están buscando alternativas. Y Letonia, cuyo sistema financiero ya acoge una proporción nada desdeñable de ahorros rusos, parece ser una de las opciones más codiciadas.

De hecho, Zakulis se apresuró a asegurar el pasado 21 de marzo que no había tenido noticias de nuevos flujos de dinero ruso llegando al país tras los problemas acontecidos en Chipre. “Las expectativas de que grandes cantidades de dinero procedente de lugares sin identificar van a llegar durante los próximos días al sector financiero de Letonia carecen de base”, explicó el presidente del regulador en un comunicado emitido ese mismo día. Sin embargo, los rusos tienen tres formas de acercarse a Europa.

Una consiste en utilizar el Mediterráneo Oriental (Grecia y Chipre). Otra consiste en utilizar los Balcanes (Serbia). Y la tercera es a través de las repúblicas bálticas, y más en concreto Estonia y Letonia, que tras el final de la Segunda Guerra Mundial quedaron durante varias décadas totalmente integradas bajo la órbita de Moscú.

En Letonia sucede como en Estonia: alrededor de un tercio de la población es de origen ruso, fruto de la ocupación soviética. Las instituciones financieras locales, además, están inundadas de dinero procedente de Moscú; una buena parte del cual ha llegado a esos países en los últimos años, según informa el portal Euroactiv.com. Zakulis ha insistido, no obstante, en que los bancos letones que se dedican a alojar dinero de personas no residentes están estrictamente regulador y poseen, además, una gran liquidez en sus arcas para poder lidiar, si se diese el caso, con una retirada masiva de depósitos.

Letonia fue una de las víctimas de la crisis de crédito sucedida en 2008, cuando quebró el cuarto banco de inversión más grande del mundo: Lehman Brothers. Tras ver cómo algunas de sus entidades se declaraban, a su vez, en quiebra el Gobierno letón requirió un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que también participó la Unión Europea. Poco después el país comenzó su recuperación económica.

Más información