El líder del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, ha advertido a Europa que Italia podría celebrar nuevas elecciones en los próximos meses ante la dispersión del voto registrada en los comicios de hace una semana. Desde Bruselas piden que el nuevo Gobierno tenga como máxima prioridad mantener las reformas iniciadas por Mario Monti.
Los resultados electorales de la semana pasada dieron a Bersani la mayoría en el Congreso, pero en cambio otorgaron a Silvio Berlusconi -al frente de la coalición conservadora- el control del Senado, una cámara legislativa con gran poder político. Bersani ya ha asegurado que no va a pactar con Berlusconi para poder gobernar. La alternativa era hacerlo con Beppe Grillo, el líder del Movimiento Cinco Estrellas (la tercera fuerza política), pero éste se ha negado a tender la mano a nadie.
Así pues, al portavoz económico del Partido Democrático, Stefano Fassina, no le ha quedado más remedio que responder a las exigencias de Bruselas advirtiendo de la posible celebración de nuevas elecciones. Sus socios europeos llevan exigiendo desde hace días a Bersani de la necesidad de tomar el control del país y mantener, una vez en el cargo, la austeridad implantada por Monti (que quedó último en las elecciones) con la intención de reducir el déficit público.
El hecho de que Berlusconi haya quedado segundo, controlando el Senado, y Beppe Grillo -un cómico local que desde hace tres años esgrime un discurso contrario a la austeridad cargado de un fuerte euroescepticismo- tercero, ha generado reacciones bastante polémicas en Europa. El líder de los socialistas alemanes, Peer Steinbrück, llamó «payasos» a ambos líderes políticos, igual que el semanario The Economist.
