La canciller alemana Angela Merkel ha quedado en llamar por teléfono este viernes al presidente del Gobierno de Italia, Mario Monti, y al primer ministro griego, Lucas Papademos. Merkel, que pretendía acudir hoy a Roma para entrevistarse con su homólogo italiano sobre el futuro del euro, tuvo que cancelar el encuentro por culpa de su presidente federal, Christian Wulff, que se ha visto forzado a dimitir acosado por un escándalo por corrupción.
En un comunicado, el Gobierno italiano anunció además que Merkel y Monti estarán en contacto durante todo el fin de semana ante la reunión de ministros de Economía de la zona del euro que se realizará el lunes para estudiar el envío de nuevas ayudas a Grecia, valoradas en 130.000 millones de euros.
Esta misma mañana la oposición alemana ha pedido al presidente Wulff que dimita ante la petición de la Fiscalía para retirarle la inmunidad. Angela Merkel ha sido uno de los principales apoyos de Wulff en esta crisis, pero la presión para que renuncie al cargo se ha intensificado en las últimas horas.
El líder parlamentario de Baja Sajonia, Michael Grosse-Brmer, de la CDU (el partido de Merkel) declaró a un periódico alemán que el presidente debe asumir las consecuencias de la petición judicial. Un dirigente anónimo del Partido Liberal, declaró a Die Welt: «Esto se acabó».
En su petición al Bundestag, la Fiscalía afirma que ve «indicios concretos y suficientes» para acusar al presidente de Alemania de cohecho y tráfico de influencias. El diario Bild reveló que había obtenido un préstamo ventajoso de un empresario de Baja Sajonia. Wulff gobernó la región entre 2003 y 2010, cuando la canciller lo propuso para el primer cargo político de la República Federal.
