El Kremlin no emplea el ‘ojo por ojo’ después de que Estados Unidos decidiera expulsar a políticos rusos acusados de ciberataques. A falta de tres semanas para que Donald Trump sea, oficialmente, el nuevo presidente de Estados Unidos, la escalada de tensión entre Rusia y Estados Unidos no aminora. En las últimas 24 horas se han sumado episodios que no han hecho más que echar gasolina a una relación diplomática cada vez más agrietada.
Este jueves, la administración de Barack Obama decidía expulsar del país a 35 funcionarios rusos, acordaba con su equipo el cierre de dos centros propiedad del Gobierno de Moscú situados en Maryland y Nueva York y ejecutaba la congelación de bienes de las dos principales agencias de inteligencia rusas.
Pues bien, este viernes, apenas unas horas después de la decisión de la Casa Blanca, y cuando parecía que el Kremlin iba a responder con la expulsión de 35 diplomáticos estadounidenses de suelo ruso, el jefe del Estado , Valdimir Putin, ha negado la mayor. «No vamos a rebajarnos a una diplomacia ‘de cocina’ e irresponsable» ha llegado a decir Putin.
La decisión del Ejecutivo a sorprendido ya que en una información recogida por la agencia rusa TASS, el ministro de exteriores del país, Serguei Lavrov, había asegurado horas antes que pretendían realizar una medida urgente en “reciprocidad” a Estados Unidos.
“Nosotros, por supuesto, no podemos no responder a insultos de este tipo. Así es la ley de la diplomacia y de las relaciones exteriores” ha declarado el ministro ruso.
