La gran disputa tras el Brexit: los países europeos se pelean por atraer el negocio de la City

La gran disputa tras el Brexit: los países europeos se pelean por atraer el negocio de la City

Brexit

España se suma a la carrera por atraer el negocio de la City a Madrid. Batalla por la que París parte con ventaja donde Dublín, Ámsterdam y Luxemburgo tampoco pierden la pista. En río revuelto, ganancia de pescadores. Ese es el pensamiento que se ha abierto en varios países europeos tras el Brexit. Pese a que la salida del Reino Unido de la Unión Europea aún no se ha hecho efectiva, los mensajes de numerosos gobiernos mostrando interés por atraer el negocio de la City a su entorno no han faltado. Una carrera en la que París toma ventaja, pero en la que Dublín, Ámsterdam, Luxemburgo y, en los últimos días, Madrid no quieren perder distancia.

Los últimos en sumarse al objetivo de traer las sedes de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) o de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), así como cualquier banco de la City londinense ha sido el Gobierno de Mariano Rajoy. Por medio de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ya ha manifestado su intención de pujar por acoger la sede de la EBA que esta semana incidía en su intención de abandonar Londres tras el Brexit.

“España está en condiciones óptimas para postularse. España es un país competitivo, con un sector financiero muy importante y saneado”, aseguraba este viernes la vicepresidenta del Gobierno. De hecho, Santamaría ha aseverado que el Ejecutivo ha creado un grupo de trabajo que trabajará de “forma intensa” para analizar las posibilidades de España desde el punto de vista laboral y fiscal tras el nuevo escenario abierto por el terremoto del Brexit.

A pesar de las intenciones de Rajoy, España no lo tendrá sencillo: François Hollande ha izado velas para arrebatar a Londres y a sus competidores el negocio financiero que ofrece la City, el cual supone un alto porcentaje del PIB del Reino Unido y más de dos millones de puestos de trabajo. Es tal la decisión que sale desde Francia que la semana que viene –el 5 y 6 de julio- el sector financiero galo diseñará su estrategia de este asalto en el congreso anual de Europlace París, tal y como ha avanzado Cinco Días.

“El Reino Unido debe ser considerado como un país tercero y, por tanto, debe perder los beneficios del pasaporte europeo para acceder a los mercados financieros”, aseguran los organizadores del evento francés. Una ofensiva en la que París pone como aval para atraer la actividad de la City los 3,6 billones de euros que gestiona su centro financiero La Défense el cual Hollande quiere estimular. “Tenemos que adaptar nuestras regulaciones, incluyendo los impuestos, para hacer de París un centro financiero más atractivo”, ha señalado el presidente galo en los últimos días.

Pero el Ejecutivo de Manuel Valls no es el único que ha postulado para seducir al sector financiero que se mueve en la City. Los competidores contra los que tendrá que lidiar Francia son fuertes, sobre todo por la flexibilidad fiscal que ofrecen. Es el caso de Irlanda –donde el compartir el mismo idioma que en Londres y la similitud al derecho británico son varios puntos a su favor-, Luxemburgo y Holanda –la cercanía con Londres es un buen aval-.

No obstante, estos tres países competidores de Francia y España cuentan con algún hándicap: al ser estados con menor peso que Francia –una de las tres grandes potencias europeas- están más expuestos a que la crisis económica afecte con mayor profundidad a todos los extractos de la sociedad, incluido el sector financiero.

Pero si un país es seguro de vida, solvente y con peso en la Unión Europea ese es Alemania. El poder de Angela Merkel, su capacidad de influencia en las decisiones comunitarias son un fuerte punto a favor, aun así, no es oro todo lo que reluce, por lo menos para el negocio financiero. Como recuerdan fuentes bancarias de la City al diario Cinco Días, “Alemania es el único país de Europa donde el Gobierno no se lleva bien con su principal entidad, el Deutsche Bank”. “Si vives allí, al final hay que hablar alemán”, concluyen miembros del negocio bancario como otro de los hándicaps que se encontraría el sector londinense si se mudase a Fráncfort, centro de las operaciones financieras alemanas.

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