De Guatemala, un barco cargado de…

Intercambio comercial

De Guatemala, un barco cargado de…

Para nada sería alocado establecer una suerte de compromiso muy necesario entre Cuba y Guatemala.

Guatemala

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Habría que acercarse a esa vecina república centroamericana para comprobar que, lejos de cualquier etiqueta que un economista o político le coloque, posee una economía bastante estable, así como una capacidad industrial de respeto como ninguna otra en la región en multiplicidad de medianas y pequeñas empresas.

Pero, además, un Quetzal (moneda nacional) que se le enfrenta al dólar gringo con entera gallardía y que no se deja vapulear en exceso.

Si ponemos todas las cartas sobre la mesa habrá que apuntar, además, que delincuencia y corrupción han ido de la mano a lo largo de estos años sin que presidente alguno haya logrado detenerlos.

Intenciones de incrementar el intercambio comercial o turístico las hay, pero también frenos. Un ejemplo: menos de una hora de vuelo Habana-Flores hasta la asombrosa cuna de la civilización maya en El Petén aún no se ha puesto en marcha.

No deben pintar muy mal las cosas en el país de “la eterna primavera” cuando un grupo de empresarios españoles radicados en La Habana se está pensando una visita que refuerce su quehacer en la mayor de las Antillas.

A propósito, para nada sería alocado establecer una suerte de compromiso muy necesario para ambas partes. Y lo apunto medio en broma y en serio, como quiera tomarse: Cuba, les enviaría cinco médicos a zonas intrincadas que los nacionales evitan y, a cambio, ellos nos mandarían igual cantidad de conocedores de cómo hacer para que los productos agrícolas lleguen en cantidad, frescos y limpios a la puerta de las casas.

Son muchos y variados los artículos de primera necesidad que Cuba demanda en estos momentos que Guatemala pudiera proporcionar a pocas horas de navegación desde Puerto Barrios  a Cienfuegos por citar una posible ruta. Obviamente, falta la moneda fuerte de por medio que no abunda en la isla y al final es la que decide.

Que conozca, ahí está Serpro, en la especialidad de uniformes, calzado y otros renglones. Tal vez con alguna deuda por cobrar, cosa natural para muchos empresarios extranjeros que aguardan con cristiana paciencia se les pague lo que se les debe.

A pesar de los pesares, no deja de sorprenderme que hoy por hoy, representativa de esa nación, tengamos solamente en el mercado unas galleticas dulces de vainilla y chocolate elaboradas por la Industria Nacional Alimenticia S.A.  así como alguna que otra pasta ocasional.

Con las galleticas Can Can no iremos muy lejos en el renglón comercial, aunque vayamos uniformados con los colores patrios por Serpro en triunfal marcha a ritmo de una marimba cubano-guatemalteca donde Cuba aporte las bailarinas.

Que le permitan, por loco o desatinado ejemplo, a jóvenes emprendedores chapines montar en alguna que otra esquina un simple puesto de chukos, esos originales y típicos emparedados capaces de levantar a un muerto. Le estaremos muy, pero que muy agradecidos a todos los que facilitaron tal empresa sin tanta burocracia de por medio.

Y después, tal vez a modo de postre, unas galleticas Can Can…

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