El precio medio de las entradas para sus conciertos de despedida se sitúa en 938 dólares (831,67 euros). Fueron un mito de la era hippie. Y de los años subsiguientes. La banda de rock ‘ácido’ por excelencia, Graterful Dead, se convirtió en una ‘rara avis’ en la industria musical estadounidense por su capacidad de moverse, hacer negocio y sobrevivir como grupo de masas, siempre al margen de los canales establecidos.
El grupo fue incluso capaz de trascender a cientos de escándalos, deserciones, peleas, relaciones peligrosas con los estupefacientes y hasta la muerte en 1995 de su líder, el mítico guitarrista Jerry García, a quien se consideraba el único elemento indispensable.
Todo gracias a una forma de relacionarse directamente con sus seguidores, a través de conciertos en directo multitudinarios, venta de entradas por lista de correo y ediciones especiales de discos únicos de actuaciones concretas.
Unas fórmulas que nunca se habían experimentado antes y que en pleno siglo XXI se han convertido en el auténtico manual de supervivencia que cualquiera que se dedica a este negocio, sea un principiante o una estrella, debe poner en práctica. Casi al pie de la letra.
Pero, por fin, coincidiendo con la celebración del cincuentenario del grupo, los Dead, han decidido que ha llegado la hora de decir adiós, Y van a hacerlo como siempre. A lo grande y generando un negocio que, sin duda, volverá a ser imitado por todos.
Los supervivientes de la formación histórica, Phil Lesh, Bob Weir, Mickey Hart y Bill Kreutsmann, han reclutado a unos músicos amigos, Trey Anastasio, Bruce Hornsby y Jeff Chimenti, para completar su formación y preparado, desde el pasado mes de enero, tres conciertos de despedida que se celebrarán en el escenario del Soldier Field de Chicago, el lugar donde García tocó por última vez.
Además, en coincidencia con estos conciertos, el grupo ha lanzado una caja que contiene 80 cedés grabados en directo entre 1965 y 1995, las tres décadas en las que Jerry García estuvo al frente de la banda, que sólo podrá ser adquirida a través de la web oficial de la banda y que incluye un libro, un single dorado con una grabación en estudio de 1965 y otra del último concierto de Jerry.
El precio es, por supuesto, prohibitivo. Nada menos que 699,98 dólares (629,58 euros), pero está a la altura de las posibilidades de sus fans. Un grupo aguerrido de antiguos ‘hippies’ que parece haber tenido éxito en lo profesional y que puede permitirse pagar incluso más por conseguir una entrada para los conciertos de Chicago cuyo precio medio, sin contar con la ‘reventa’ está situado en 938 dólares (831,67 euros).
Aunque a la mayoría aún les saldrá más caro, puesto que tendrán que pagarse el avión y la estancia. Eso sí, como explicaba una reciente información de The New York Times, sobre los conciertos, que nadie espere ya autocares o furgonetas como en los tiempos históricos. Los fans son los mismos pero tienen más dinero y más años. Y ya no están para esos trotes.
