El mundo del jazz se vuelca para revivir la magia de la gran cantante de Filadelfia. Estamos en 2015. Y eso significa que, si aún hubiera estado viva, Billie Holiday, la gran cantante de Filadefia, habría cumplido 100 años. Una fecha que, por supuesto, no va a pasar desapercibida en el mundo del jazz. Pero tampoco en casi ningún otro ambiente relacionado con la música negra. Porque sin ella, sin ‘The Lady that sings the blues’, ninguno de los géneros actuales que se derivan de ese tronco original serían como son ahora.
De modo que prepárense, porque en las próximas semanas vamos a vivir un intenso ‘revival’ y todo lo que tiene que ver con esta desgraciada diva, su tormentosa vida y su arte inigualable va a pasar al primer plano. Una celebración de la buena música intemporal que dará comienzo con la publicación de una nueva biografía crítica, realizada por el historiador del jazz John Szwed que se titula ‘Billie Holiday: The Musician and the Myth’.
Lo siguiente en aparecer será un nuevo disco de Cassandra Wilson, una de las grandes cantantes de jazz de ahora. El álbum titulado Coming Forth by Day’, revisa alguna de las canciones más populares de Billie, pero situándolas en un contexto musical completamente distinto, gracias a los arreglos, más cercanos al rock moderno que al jazz, que ha realizado para este trabajo el guitarrista Kevin Breit.
Otra cantante del momento, Cécile McLorin Slavant ofrecerá un completo concierto con la música de Holiday en el Lincoln Center neoyorquino. Para Salvant, la esencia de Billie no puede encontrarse sólo en su irrepetible tono de voz. Está más bien en el modo elegante y, nada sobreactuado, con que enfocaba sus interpretaciones. Siempre con el máximo respeto por la canción y la historia que quería contar.
Pero Holiday también es venerada por unos cuantos cantantes masculinos. Por ejemplo José James, el barítono de moda, que acaba de concluir un disco titulado, ’Yesterday I Had The Blues’ que se inspira en Bille. Según las declaraciones que ha hecho en los materiales de promoción del disco, James habría aprendido todo lo que sabe de jazz, del fraseo y la armonía, escuchando los viejos discos de la vida. Por eso se sentía obligado a rendirle un homenaje.
Estas son sólo las primeras iniciativas que se han anunciado en un año en el que, afortunadamente, podremos disfrutar también de una oleada de reediciones y remezclas de los discos clásicos de la diva. Lo que no vendrá mal para que algunos aficionados renueven su gastada colección de vinilos, castigada por el uso y abuso de muchas agujas. Y quizá también para que las nuevas generaciones se acerquen a la magia de esta cantante revolucionaria.
