Los ingresos generados por la venta de entradas aumentan un 42,85% en un año. Las grandes producciones de Hollywood simplemente no resultarían ya posibles sin la pequeña ayuda de los espectadores de China. Grandes consumidores de cine, si es espectacular mejor, que, aún disfrutan viendo sus películas favoritas sentados en la butaca de una sala oscura y pendientes de una pantalla gigante.
A pesar de la piratería, Internet y el resto de los obstáculos que la industria estadounidense por excelencia encuentra a su paso en este Siglo XXI, los ingresos capturados en las taquillas de China no dejan de aumentar. Y, a estas alturas, el límite parece ser el infinito.
En 2013, la cifra alcanzó los 3.600 millones de dólares (2.875,5 millones de euros), y ya impresionaba. Pues bien, a falta de un par de meses para que termine el año en curso, la cifra ya suma 4.000 millones de dólares (3.195 millones de euros) y, según todas las previsiones, al cierre del ejercicio llegará a 5.000 millones (3.993,8 millones de euros).
Si, como todo parece indicar, se alcanza esta cifra, el aumento experimentado por los ingresos de la venta de entradas en taquilla en las salas de cine de China será del 42,85%. Algo casi impensable para cualquier actividad económica basada en el consumo en estos complicados tiempos.
