Los minoritarios de Abengoa culpan a los Benjumea del preconcurso

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Los minoritarios de Abengoa culpan a los Benjumea del preconcurso

Sede de Abengoa

La renovable anunció este mismo verano el compromiso de mantener una rentabilidad por dividendo del 3%, otra parte más del “engaño” que denunciarán por vía civil. La familia Benjumea es la primera y última culpable de la quebradiza situación de Abengoa. Así lo consideran los inversores minoritarios de la renovable sevillana, que apuntan al apego de esta saga a la posición de control que hasta ahora habían logrado mantener en su capital como causa de su complicada situación financiera actual.

Hacia los Benjumea se ha apuntado decididamente en la presentación de la primera asociación de minoritarios afectados por el preconcurso de acreedores de Abengoa. Bajo el paraguas de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec), su presidente Javier Cremades, ha anunciado que 250 inversores -de momento- presentarán una demanda contra la compañía y todo su consejo de administración -donde los miembros de la comisión de nombramientos y retribuciones ocupaban también puestos en la de auditoría-, así como contra la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En la presentación de esta asociación, Cremades ha precisado que se denunciará el incumplimiento del Artículo 124 de la Ley del Mercado de Valores, por no haber facilitado información fidedigna sobre su posición patrimonial. “Todo el mundo tenía la sensación de que era una compañía del Ibex 35 con una valoración baja y oportunidad de inversión, sin atisbo de que estuviese cerca de la bancarrota”, ha destacado.

El jurista ha destacado que en todo el proceso, cuyas primeras voces de alarma saltaron ahora hace justamente un año, el supervisor “ha estado ausente”. “El robo no lo ha provocado el supervisor, pero es quien tenía que haber alertado del riesgo tan alto que estaban teniendo los accionistas”, ha explicado para comentar que se trata de un caso “sin precedentes” en la historia corporativa española, pues ni Pescanova ni Gowex eran de tal magnitud.

Desde Aemec se estima que la cifra de inversores afectados por su posible quiebra asciende a más de 50.000 accionistas y bonistas de 48 nacionalidades distintas. Más de una veintena de ellos han estado presentes en la presentación de la asociación. El jubilado Cándido Sánchez ha explicado que comenzó a invertir en Abengoa cuando en noviembre de 2014 las agencias de rating y la auditora Deloitte dieron la voz de alarma sobre un excesivo endeudamiento que, como ha explicado el minorista, la renovable desmintió alegando un “error informático”. Razón por la cual se siente “miserablemente engañado”.

Para llevar adelante el proceso, donde se prevé exigir responsabilidades como acusación particular y popular ante los juzgados de lo Mercantil de Madrid, se seguirá el guion marcado por varias reclamaciones que desde el pasado mes de agosto se vienen presentando ante la justicia estadounidense que ya han elaborado una relación de declaraciones de la dirección del grupo que daban una imagen irreal de la compañía.

Los abogados denuncian que “en Europa, un accionista de control puede forzar una política que lleve a la insolvencia del proyecto para evitar su dilución”; situación que consideran demostrada en Abengoa. Las asociaciones EurofinUse y la World Federation of Investors (WFI) también han presentado ya requerimientos de información a la CNMV por el abultado número de inversores internacionales afectados por la situación de Abengoa.

Otro accionista minoritario, antiguo trabajador de la compañía, ha apuntado directamente hacia el pago de dividendo efectuado el pasado 17 de abril como otro elemento más del “engaño”. Por si fuera poco, el pasado mes de junio se anunció el compromiso de mantener una rentabilidad por dividendo del 3%.

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