«Soy clara en este aspecto: hay una transferencia fundamental de rentas a los beneficios empresariales de las grandes distribuidoras de nuestro país», ha aseverado la ministra este jueves en Bruselas, donde se ha reunido con sus homólogos europeos.
Díaz, que ha reiterado que el precio de la cesta de la compra es uno de los principales problemas que tiene España, junto a los alquileres y las hipotecas, ha lamentado que las familias no puedan acceder a una alimentación de calidad y sana porque el precio de la alimentación está «imposible».
«Es curioso que sea el pequeño comercio el que esté abordando y tomando medidas en sus barrios, está siendo ejemplar sin tener grandes posiciones económicas y es más que cuestionable que las grandes distribuidoras, que están obteniendo beneficios extraordinarios, no tomen ninguna medida al respecto», ha incidido la ministra.
En la misma línea, ha advertido de que lo que está en juego es cómo salir de esta crisis, mientras, según indica el informe del Banco de España, «los beneficios empresariales están multiplicando por siete las rentas salariales», por lo que se ha mostrado partidaria de que la crisis se sufrague «con la aportación los que más tienen», en este caso, las grandes distribuidoras, que además «concentran el poder en muy pocas manos».
La ministra ha trasladado también todo su apoyo a los productores españoles, que también están sufriendo las consecuencias de un modelo que está siendo «injusto». «No tiene sentido hacer lo que siempre proponen la derecha económica y el PP, que es bajar impuestos, porque eso no arreglaría el problema del precio de la cesta de la compra», ha explicado.
Por contra, ha abogado por garantizar cestas de la compra que incluyan productos variados y de calidad, al tiempo que ha recordado que cuando el Gobierno actúa, como ha ocurrido en el caso de la energía, bajan los precios, mientras que cuando no lo hace, los precios «se disparan».
