Uno de cada tres pensionistas cobra una renta inferior al umbral de pobreza

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Uno de cada tres pensionistas cobra una renta inferior al umbral de pobreza

Los Técnicos de Hacienda alertan de que esa proporción es mucho peor para las mujeres: el 60% de las rentas más bajas son de ellas, que perciben en global un 30% menos de pensión.

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Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) estiman que el 32,6% de los pensionistas cobra por todas sus pensiones menos de los 8.200 euros que delimita el umbral de la pobreza, es decir, 3,1 millones de personas. Estos cálculos, presentados en la antesala de la manifestación prevista para mañana, ponen de relieve la “urgente necesidad de incrementar las pensiones mínimas, cuya revalorización supeditó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado”, recuerda el sindicato.

Además, se dan dos agravantes de género: uno es que el 60,4% de los pensionistas que perciben pensiones por debajo del umbral de la pobreza son mujeres -en total son 1,9 millones-, y el otro es que en las prestaciones a las personas de mayor edad también existen diferencias por sexos. De hecho, las mujeres mayores de 65 años deberían cobrar prácticamente la mitad más de pensión para igualar la de los hombres de esa franja de edad.

Los datos de Gestha evidencian claras diferencias por territorios entre las prestaciones más bajas de los pensionistas. De esta manera, Andalucía y Cataluña liderarían el ránking de las comunidades en las que mayor número de pensionistas reciben menos de 8.208 euros al año, seguidas a más distancia por Valencia, Madrid y Galicia.

En términos relativos, Canarias, Galicia y Murcia serían las comunidades en las que existe una mayor proporción de pensionistas, en torno al 40%, que reciben menos de 8.208 euros al año, junto con la ciudad autónoma de Melilla que encabeza el listado. En el otro lado se sitúan Castilla y León, Madrid, Aragón y Asturias. En esta última región, por ejemplo, aun así hay un 23,8% de pensionistas cuyas prestaciones se encuentran por debajo de ese umbral de pobreza.

Preocupante brecha de género

En línea con la II edición del Informe Brecha Salarial y Techo de Cristal, según el cual las mujeres trabajadoras cobran casi un 30% menos que los hombres, esta diferencia se traslada también a la edad de jubilación, ya que la brecha entre los mayores de 65 años es de 5.770 euros. En la actualidad, la pensión media de las mujeres con esta edad es de 11.836 euros anuales, una cuantía que las excluye directamente de las deducciones en la cuota del IRPF que parece barajar el Gobierno para los pensionistas de mayor edad.

En cuanto a las diferencias entre las pensiones de hombres y mujeres según la comunidad de residencia, la mayor brecha se localiza en Asturias, donde las mayores de 65 años cobran 8.751 euros menos que los pensionistas de su misma edad, seguida de Madrid y Cantabria, junto con Ceuta y Melilla. En cambio, Extremadura sería la región menos desigual desde este punto de vista, dado que la brecha entre ellos y ellas, aun siendo del 33,6%, está más de 15 puntos porcentuales por debajo de la media nacional, seguidas de Castilla-La Mancha y Canarias.

Pensiones públicas y pensiones privadas, «el dilema»

Según el Tribunal de Cuentas, el coste en el IRPF -que sufragamos entre el conjunto de ciudadanos- de las aportaciones a planes privados de pensiones fue en 2015 de 1.990 millones, de los que más del 40% benefician mayoritariamente a quienes ganan más de 60.000 euros, que apenas suponen un 3,5% de los declarantes, pero son el 13% de los que aportan a estos fondos privados. Además, la ventaja fiscal es progresivamente mayor cuanto mayores sean los ingresos anuales.

El secretario general de Gestha, José María Mollinedo, apunta que «teniendo en cuenta los casi 2.000 millones que nos cuestan los planes privados de pensiones de los que se benefician principalmente las 380.000 personas con rentas más altas, no se entiende la falta de voluntad política para acordar financiar con impuestos las pensiones no contributivas y equilibrar el presupuesto de la Seguridad social, y así poder revalorizar las pensiones en función del IPC para mantener el poder adquisitivo, especialmente, de los más de tres millones de pensionistas que reciben prestaciones que les sitúan por debajo del umbral de la pobreza. Y es que si tanto se debate acerca de la sostenibilidad del sistema público de pensiones, igualmente se debería hablar sobre la sostenibilidad de los pensionistas».

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