Saber de cuentas

Educación Financiera

Saber de cuentas

“Nos vemos obligados a tomar decisiones financieras, de poca o mucha importancia, a diario”

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

El 46% de la población española reconoce que sus conocimientos financieros son bajos o muy bajos, según la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España y de la CNMV. Un dato, sin duda, inquietante. Aunque quizá sean aún más perturbadores los resultados del Informe Pisa de la OCDE sobre los conocimientos financieros de nuestros hijos.  España queda en la posición 11 de los quince países analizados en educación financiera y un 15% de los estudiantes carece de los más mínimos conocimientos financieros. Reconducir estos resultados debe ser un objetivo del conjunto de la sociedad, lo que requiere que las familias y las autoridades educativas se involucren de forma decidida.

Muchos consideran a la economía como la ciencia de la escasez. Y no está mal definida puesto que todos somos conscientes de la escasez de recursos para satisfacer las necesidades y deseos humanos, muy superiores a las existencias. En este contexto, nos vemos obligados a tomar decisiones financieras, de poca o mucha importancia, a diario. Para no hacerlo de forma precipitada y sufrir sobresaltos o problemas a largo plazo es necesario contar con conocimientos financieros, ‘saber de cuentas’ como dirían algunos, y controlar nuestros impulsos frente al consumo.

Tomamos decisiones libremente y somos responsables de sus consecuencias, por lo que tener la mejor formación posible desde el principio contribuye a la adecuada gestión de nuestras finanzas personales, a manejar mejor nuestro dinero, algo necesario en todas las etapas de la vida. Es importante que desde pequeños tengamos conciencia de lo que cuestan las cosas, que aprendamos a diferenciar entre deseos y necesidades y nos habituemos a pensar en ahorrar para el futuro. Son nociones básicas de educación financiera que deben transmitirse en casa con naturalidad y aprenderse en el colegio. Desde la Fundación de la Asociación Española de Banca (AEB) lo hemos tenido siempre claro, lo que nos llevó hace ocho años a impulsar el proyecto ‘Tus finanzas, tu futuro’ gracias a la colaboración de nuestros bancos socios. Desde su inicio, más de 40.700 alumnos de secundaria de colegios de toda España se han beneficiado de sus programas, impartidos en todo este tiempo por más de 3.000 voluntarios empleados de banca. La última edición del programa, que comenzó en los momentos más complicados de la pandemia, en marzo de 2020, pudo seguir adelante gracias a la dedicación y vocación de continuidad de estos voluntarios, que impartieron las clases online de acuerdo con las recomendaciones sanitarias.

Con la colaboración de la reconocida Fundación Junior Achievement, en los programas se tratan temas básicos de finanzas, de ciberseguridad y de consumo responsable. Según la valoración de impacto del último programa, el 98% de los estudiantes consideran que ahora son más conscientes de la importancia de ahorrar y quieren repetir la experiencia. Lo mismo sucede con todos los centros educativos en los que se impartió el programa, que agradecen el papel clave en la formación de los jóvenes de los voluntarios empleados de banca. Estos, por su parte, también hacen una valoración muy positiva del programa, conscientes de la importancia de fomentar el desarrollo de hábitos financieros saludables en los jóvenes de cara a la toma de decisiones cotidianas en el futuro.

Ahora que se vislumbra la luz al final del túnel de la pandemia es un buen momento para valorar de forma razonada las decisiones que prevemos tomar, ya que, a medida que mejora la confianza en el futuro, podríamos asistir a un aumento del consumo que quedó embalsado en la crisis sanitaria y llevó la tasa de ahorro a máximos históricos a escala mundial.

El bajo nivel de formación financiera en España siempre preocupa al sector financiero, pero más si cabe en el actual contexto, porque la habilidad de gestionar el dinero y de pensar de forma crítica es un requisito indispensable para cualquier individuo que impacta de forma significativa tanto en la estabilidad financiera como en el desempeño económico general.  Los países con un mayor nivel de formación financiera muestran una mayor resistencia a la crisis y se recuperan más rápido que el resto.

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