«El cierre parcial de las fronteras y las medidas restrictivas limitaron seriamente la movilidad de los viajeros franceses e internacionales. En 2020, por los aeropuertos de Île-de-France solo pasaron 33,1 millones de pasajeros, un 69 por ciento menos que el año anterior», afirma el comunicado del ente.
La región parisina de Île-de-France registró una caída histórica de las visitas, el año pasado viajaron allí 33 millones de turistas menos que en 2019. Por ese motivo la región perdió 15,500 millones de euros en ingresos.
El volumen de negocios de los hoteles también disminuyó significativamente, en un 60 por ciento en el caso de los alojamientos económicos, y en un 85 por ciento para las propuestas de lujo.
Además bajaron en un 50 por ciento las visitas a los lugares culturales y de ocio.
El 17 de marzo del año pasado Francia impuso restricciones a los desplazamientos de personas a causa de la pandemia de coronavirus. Las autoridades ordenaron cerrar los restaurantes, cafeterías, bares, cines, museos, parques, centros de comercio y establecimientos de enseñanza.
En mayo de 2019 algunas medidas restrictivas fueron eliminadas, pero en otoño las autoridades anunciaron la introducción de una segunda cuarentena en todo el país, que duró hasta diciembre y condujo a la aprobación de un toque de queda.
Desde el 20 de marzo de este año, varios departamentos franceses volvieron a aumentar las restricciones debido al nuevo crecimiento del número de personas contagiadas y la presión sobre el sistema de Salud.
