Palestina, la esperanza de un estado de paz

Oriente Medio

Palestina, la esperanza de un estado de paz

Lo que provocó la escalada de violencia fue, entre otras causas, la amenaza de desalojo de las 38 familias palestinas que viven en SheikhJarrah.

Jerusalén

Jerusalén

Los recientes episodios de violencia acaecidos en Jerusalén Este durante el periodo en el que los musulmanes celebran el Ramadán, así como la gravedad de los enfrentamientos que tuvieron lugar desde el pasado viernes 7 de mayo en la Explanada de las Mezquitas han provocado que la comunidad internacional y, en concreto, los negociadores del llamado Cuarteto del Oriente Medio (ONU, Unión Europea, Rusia y Estados unidos) hayan expresado una «profunda preocupación» por esta nueva explosión de violencia.

El hecho que provocó esta escalada de violencia fue, entre otras causas, la amenaza de desalojo que pende sobre algunas de las 38 familias palestinas que viven en el distrito de SheikhJarrah, en Jerusalén Este. En concreto, cuatro de dichas familias (las familias Iskafi, Kurd, Jaanoi y Qassem, formadas por 30 personas adultas y 10 niños) se enfrentan a un desalojo inminente y se espera que otras tres sean expulsadas de sus hogares el 1 de agosto para propiciar el asentamiento de colonos israelíes. ¿Y cuál es la excusa para llevar a cabo estas acciones? Las supuestas propiedades israelíes de las casas, anteriores a 1948; es decir, anteriores al nacimiento del Estado de Israel.Sería deseable la existencia de una justicia igual para todos, ya que hay palestinos que se hallan en la misma situación, pero no pueden (o no dan frutos sus gestiones) reclamar las viviendas que fueron suyas.

El viernes 7 por la noche, los disturbios se saldaron con unos 205 palestinos heridos y varios muertos, así como 17 policías israelíes heridos, en los alrededores de la mezquita de Al-Aqsay se cerró la Puerta de Damasco, vía de entrada a la Ciudad Vieja.

Las acciones violentas continuaron el sábado 8 cuando, por parte de las fuerzas del orden israelíes se impidió a grupos de palestinos acceder en el día más sagrado del Islam (Lailat al Qard o “Noche del Destino”) al complejo de la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén, lo que ocasionó que unos 88 palestinos resultaran heridos ante la violencia policial. El domingo 9 continuó la espiral de violencia y el lunes 10 fueron lanzados 7 cohetes desde Gaza hasta la ciudad de Jerusalén, aunque afortunadamente no hubo víctimas, aunque el contraataque provocado por Israel ocasionó 20 muertos entre los palestinos de Gaza; de ellos 9 eran niños.

Podemos constatar que Jerusalén, ciudad santa para las tres religiones monoteístas, se ha convertido en cuna de conflictos en vez de en un punto de acuerdos, amistad fraternal y colaboraciones. Jerusalén es la ciudad de la paz, pero la paz y la justicia están, actualmente, ausentes de Jerusalén.

Además de los países antes mencionados, tanto Jordania como los países que forman parte del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Sultanato de Omán y Qatar) han expresado su preocupación ante la posible violencia que generen las expulsiones de palestinos de sus tierras por parte del gobierno israelí para asentar allí a sus colonos.

Mezquita Al-Aqsa. Jerusalén

Por desgracia, este no es más que otro capítulo en la espiral de violencia, persecuciones llevadas a cabo hacia el pueblo palestino por parte del gobierno israelí; pero ante este nuevo hecho, ¿pueden los diferentes países seguir mirando hacia otro lado mientras hay personas que sufren, que resultan heridas o mueren? ¿Pueden seguir ignorando lo que ocurre en un país ocupado y que está condicionando gravemente la vida diaria y el desarrollo de las personas y, por tanto, de Palestina?

¿Cuál es el sentimiento y la posición de la Liga Árabe sobre este tema?. ¿Qué hay del ejercicio de la solidaridad con sus hermanos palestinos?.¿Tan poco interés demuestra la comunidad internacional ante el sufrimiento de este pueblo o es que la “realpolitik” impide hacer lo correcto?

En cuanto a las relaciones y apoyos por parte de España, el Excmo. Señor Embajador, Don Musa Amar Odeh, es el artífice, en representación del pueblo de Palestina, desde diciembre de 2005 a la actualidad, de las excelentes relaciones de amistad que existen entre nuestros dos paísesy que han permitido la colaboración y la firma de acuerdos como el Marco de Asociación país 2020-2024, para fomentar el desarrollo económico y la creación de empleo en tierras palestinas teniendo como base los Objetivos de Desarrollo Sostenible 5 (Igualdad de Género), 9 (Industria, Innovación e Infraestructuras) y 16 (Paz, Justicia e Instituciones Sólidas).

Para volver a situarnos en el escenario en el que se desarrolla la vida del pueblo palestino, desde hace muchos años en esta zona del mundo se está haciendo caso omiso a las más elementales normas de humanidad y, por supuesto, a las resoluciones que desde Naciones Unidas se ha venido adoptando, que, aun no siendo vinculantes (las correspondientes a la Asamblea), sí que deberían tenerse en cuenta en aras del buen gobierno y la convivencia y el desarrollo conjunto y sosteniblede ambos pueblos, israelí y palestino.

Por hacer mención de algunas de ellas, la resolución 194 fue adoptada el 11 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de Naciones Unidas. La Asamblea decidió, a consecuencia de la expulsión forzada de centenares de miles de árabes: «que hay lugar para permitir a los refugiados que lo deseen regresar a sus hogares lo más pronto posible y vivir en paz con sus vecinos, y que se deben pagar indemnizaciones a título de compensación por los bienes de aquellos que decidan no regresar a sus hogares y por todos los bienes que hayan sido perdidos o dañado, en virtud de los principios del derecho internacional o en equidad, esta pérdida o este daño debe ser reparado por los gobiernos o autoridades responsables»

La resolución 446, adoptada por el Consejo de Seguridad el 22 de marzo de 1979, declara que la creación de asentamientos por parte de Israel en los territorios árabes ocupados desde 1967 no tiene validez legal y constituye un serio obstáculo para el logro de una paz completa, justa y duradera en el Oriente Medio. Además, exhorta a Israel para que, como potencia ocupante, respete escrupulosamente el Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra, rescinda sus medidas anteriores y «desista de adoptar medida alguna que ocasione el cambio del estatuto jurídico y la naturaleza geográfica y que afecte apreciablemente la composición demográfica de los territorios árabes ocupados desde 1967, incluso Jerusalén, y, en particular, que no traslade partes de su propia población civil a los territorios árabes ocupados».

La resolución 446 fue adoptada bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, lo que supone que tiene carácter vinculante para Israel como país signatario de dicha Carta, y afirma «que el Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempos de guerra, de 12 de agosto de 1949, es aplicable a los territorios árabes ocupados por Israel desde 1967, incluso Jerusalén», lo cual supone la prohibición inequívoca de los asentamientos israelíes en los territorios ocupados, dado que el artículo 49 de dicha Convención establece que «la Potencia ocupante no podrá efectuar la evacuación o el traslado de una parte de la propia población civil al territorio por ella ocupado

La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, adoptada el 23/12/2016,  en la cual se reafirma que “el establecimiento de asentamientos por parte de Israel en el territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, no tiene validez legal” y expresa “grave preocupación por el hecho de que la continuación de las actividades de asentamiento israelíes están poniendo en peligro la viabilidad de la solución biestatal basada en las fronteras de 1967”. Esta Resolución, adoptada por 14 votos a favor y una abstención (la de EE. UU.), es de obligado cumplimiento para los países miembros de la ONU. Existen más de 140 asentamientos ilegales (según la ONU) y 100 puestos avanzados de israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental. Pero estos asentamientos no solo tienen un coste para los palestinos sino que son fuente de problemas políticos y económicos para Israel, ya que el coste extra de dichos asentamientos excede los 1.000 millones de dólares anuales

El gobierno de Israel promulgó a principios de 2017 una ley que legaliza casi 2000 viviendas construidas ilegalmente sobre propiedad privada palestina, que la Corte Suprema había ordenado desmantelar. (18/08/2017), con lo cual vemos que estas situaciones de ilegalidad, lejos de pararse, continúan produciéndose y alentándose.

Estas acciones de expropiaciones de tierras y asentamientos ilegales representan una violación de las leyes internacionales, de hecho, el jueves 6, España, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido emitieron un comunicado conjunto en el que se pide a Israel que revoque su decisión de promover la construcción de 540 viviendas en el asentamiento de la zona de HarHoma, en Jerusalén Este.

Hay bastantes resoluciones dictadas a lo largo de los años, como vemos, hasta llegar a la más reciente, la ES10/L.22 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que surgió de una sesión de emergencia declarando el estatus de Jerusalén como capital de Israel como «nulo y sin valor».La resolución (aprobada por 128 votos a favor, 9 en contra, 35 abstenciones y 21 ausentes) fue adoptada por la 37ª reunión plenaria de la décima sesión especial de emergencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas durante el 72º período de sesiones de la Asamblea General, el 21/12/2017.

Si las leyes internacionales no se cumplen, ¿Cuál es, entonces, el papel de Naciones Unidas?. Si su capacidad de influencia es tan escasa (a juzgar por los resultados de las últimas décadas), quizás deberían repensarse su papel y su existencia en la esfera global…

Pero no estamos hablando sólo de legislación internacional, término a veces con un grado de abstracción (sobre todo si nos referimos a su cumplimiento) importante;estamos hablando de personas que tienen dificultades para llevar una vida “normal”. Hablamos de ciudades en Cisjordana como Belén, Nablus, Hebrón, Yenin, Jesusalén este, Ramala, Jericó, etc. que no poseen los suficientes elementos de gestión, independencia para poder ofrecer a sus ciudadanos un entorno y calidad de vida y de servicios como los de cualquier otra ciudad del mundo. Hablamos también de que en Gaza sólo tienen electricidad durante 3-4 horas al día.Las estaciones de tratamiento de agua residual no funcionan lo que causa enfermedades debido a la falta de depuración de las aguas fecales humanas, por poner sólo algún ejemplo.

El estado palestino, cuyo reconocimiento por parte del Parlamento Europeo tuvo lugar el 10/12/2014, con la resolución B8-0277/2014, es cuna decuatro lugares Patrimonio de la Humanidad (UNESCO): el lugar de nacimiento de Jesús, incluida la Iglesia de la Natividad y la ruta de peregrinaje en Belén (2012); los olivares y viñas que se encuentran en las terrazas de Battir, al sur de Jerusalén (2021); la Ciudad Vieja de Hebrón (2014) y la Ciudad Vieja de Jerusalén y sus murallas (1981); este último lugar fue propuesto por el país vecino, Jordania.

Santo Sepulcro. Belén

La verdad es que a estas maravillas, la persona que desee visitar Palestina, puede unirle otras a admirar, como son: en Belén, la Basílica de la Natividad, el Monasterio de San Teodosio; en Cisjordania central, el Monasterio de San Jorge de Coziba; en Jericó las Ruinas del Palacio de Hisham (al norte), el Santuario de Nabi Musa (al sur); en Jerusalén (“la ciudad dorada”), la Iglesia del Santo Sepulcro, el Muro de las Lamentaciones, el  Monte de Sión con la tumba del Rey David y la última cena de Jesús, la Basílica de Getsemaní (o Iglesia de las Naciones); en Jerusalén este, la Mezquita de Al-Aqsa (Al Masiyah al-Aqsa); en Hebrón, la Tumba de los Patriarcas (Sarah, Isaac, Abraham) o en Ramala, la Mezquita Hamza, el Mausoleo de Yasser Arafat La Mouqata, etc ; en fin, Palestina es un destino turístico a tener en cuenta, sin olvidar tampoco los atractivos que tiene  Israel, cosa que, por otra parte, estamos obligados ya que es el aeropuerto internacional de Ben Gurion el que nos recibirá.

Precisamente, haciendo mención a una de las ciudades antes comentadas, en la reciente canción de éxito mundial, “Jerusalema”, se habla de ellacomo la ciudad fraternal para todo el mundo…y ojalá fuese así, pero, por el momento es más un deseo que una realidad, ya que, en la vida diaria, por seguir con el ejemplo de Jerusalén, a veces se ve el temor en los ojos de ambas partes, palestinos e israelíes. Y la verdad es queno se debería vivir con miedo en una ciudad como Jerusalén (realmente, en ninguna ciudad). Ese temor no ayuda a una convivencia y a un desarrollo para ambas partes.

No soy palestino, no soy israelí, simplemente soy un ciudadano que respeta a ambos pueblos y a sus respectivas religiones y sabe que las mismas pueden coexistir en paz, como ocurre en muchas ciudades del mundo. ¿Por qué no se puede llegar al mismo respeto en Palestina? ¿No será mejor para todos los que allí viven? ¿No se ganará más practicando activamente una convivencia, colaboración y desarrollo sostenible pacífico?

Ninguno de los libros sagrados de las tres grandes religiones monoteístas, la Torá, el Corán y la Biblia aprueba la violencia contra el prójimo, bien al contrario, se habla de amor, de respeto y tolerancia, de ayuda y de amistad; por tanto, no importa si eres cristiano, judío o musulmán ¿qué te dicta la razón ante este conflicto? ¿qué sientes en tu corazón ante esta falta de humanidad y ante este menoscabo y agresiones a la dignidad del pueblo de Palestina?.Los ciudadanos de Palestina tienen los mismos derechos, deseos y aspiraciones que los de cualquier otra nación del mundo.

Si en las religiones hay sitio para todos ¿por qué no parece haberlo en la tierra que vio nacer y morir a Jesús?. ¿Qué dicen de los sufrimientos de un pueblo? ¿de que un pueblo oprima y subyugue a otro?.Como cuando en la Biblia se dice que Egipto subyugó al pueblo hebrero hasta que éste, guiado por Moisés salió a buscar la Tierra Prometida…; aunque no parece muy amable que el pueblo que haya sufrido esa situación, sea ahora quien la repita en las carnes del pueblo palestino.

¿Qué es lo que hace que dos pueblos no puedan formar sus estados y vivir como vecinos y en paz?.Hay países en la esfera internacional que proclaman y se enorgullecen de ser la cuna de las libertades, pero ¿qué hacen con respecto a las libertades y dignidad de los palestinos?

Si eres creyente, sea de la religión que sea ¿es qué tu religión te impide ayudar a quién lo necesita?. Si no eres creyente ¿es que tu sentido de la ética te pide mirar hacia otro lado ante el sufrimiento ajeno?

O tal vez (¿quién puede saberlo?) haya detrás de todo esto una voluntad encubierta (o no tanto) de expulsar a los palestinos de sus tierras y de sus casas, de negarles todo tipo de servicios de asistencia y suministros en sus ciudades, de provocarles hasta buscar su crispación, movilización y acciones desesperadas; acciones que, cual cortina de humo, sirven para justificarposteriormente el uso de una fuerza máxima, para crear ante la opinión pública un “enemigo común” y así perpetuarse en el poder. Y esto podría tener sentido, sobre todo, en la actualidad, ya que, en los dos últimos años y tras cuatro elecciones, la crisis que sufre el gobierno de Israel le podría haber llevado a tomar un camino a la desesperada con la intención de seguir en el poder, haciendo de ese camino el más trágico y peor posible; el que, ignorando todo atisbo de respeto a los derechos humanos y a la dignidad del hombre, causa dolor, muerte y destrucción.

Derechos humanos y dignidadde las personas,que si los llevamos al plano de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se asientan sobre el objetivo número 16, que hace referencia a la paz, la justicia y a las instituciones sólidas. Es este uno de los objetivos más importantes de los 17 que conforman los que la Agenda 2030 propone para cumplir en esa fecha, ya que los demás dependen en gran medida de este, si queremos acceder a un desarrollo conjunto y sostenible. Evidentemente, sin un escenario de paz y justicia para todos los ciudadanos y en el que las instituciones puedan cumplir su papel y prestar servicios a los mismos, es poco probable que se pueda alcanzar el desarrollo deseado y necesario.

Por ejemplo, esto afecta, entre otras muchas cosas a la alimentación; según el informe “A Global ReportonFood Crises 2021” en Palestina hubo 2 millones de personas (de una población de 5,2 millones) con moderada o severa inseguridad alimentaria, es decir, que 4 de cada 10 palestinos necesitaron ayudas externas para poder comer y sobrevivir. Esto solo es una muestra del daño que la falta de paz puede llegar a hacer en los demás aspectos de la vida de una persona.

Ciudad vieja. Hebrón

Cuando hablo de paz, siempre pienso en que tengo amistades cristianas, musulmanas y judías y la relación siempre ha sido de respeto, entendimiento y colaboración. Las personas, en el fondo, no somos tan diferentes. Pero entonces, ¿por qué algunos gobiernos sí lo son y provocan situaciones y llevan a los pueblos a tensiones que sólo dañan el corazón y las vidas de sus gentes? ¿Por qué obligan inducen a las personas  a mirarse con desconfianza o a enfrentarse, en lugar de colaborar fraternalmente y desarrollarse en paz?

¿Acaso alguien piensa que una madre (o un padre) desea que sus hijos crezcan y se desarrollen en un entorno de conflicto casi permanente, llegando incluso a vivir situaciones de “semi-guerra”?

Los palestinos son las víctimas de unas acciones de opresión, persecución y otros actos violentos que recuerdan a épocas ya pasadas de mediados del siglo XX, cuando Europa estaba en guerra y las persecuciones a determinados pueblos y razas, así como la limpieza étnica fueron tácticas empleadas y que se suponía superados para que no se repitieran y se infringieran jamás por parte de ningún pueblo hacia otro.

No se (no lo puedo saber) si todos los israelíes son conscientes de las situaciones que diariamente están sufriendo los palestinos en los Territorios ocupados, o si sabiéndolo, han elegido mirar hacia otro lado. Supongo que también, entre ellos, hay personas que se preocupan y hacen lo que pueden para ayudar en esta situación, pero mientras el gobierno no cese en estas políticas de opresión al pueblo palestino, la paz y el desarrollo no llegarán y aquello de “no dejar a nadie atrás” que dicen los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se cumplirá.

Son estas personas preocupadas por el bien común las primeras que pueden influir ante su gobierno para que cesen esta violencia continua y poder retomar un camino de paz, respeto y colaboración, puesto que no se trata solamente de afrentas relacionadas con la política y la religión, sino que son atentados a la dignidad del ser humano.Pienso que el pueblo de Israel (o parte de él) no se merece ser guiado, empujado o influenciado a cometer esos actos en contra de la dignidad humana.

El pueblo de Israel, tiene todavía mucho que ofrecer al mundo y, en concreto, al pueblo palestino y puede empezar por practicar el respeto (como base para la convivencia), la paz y la colaboración que llevarán a un desarrollo sostenible de ambas sociedades.

Si ambos pueblos se centrasen en aquello que les une, que siempre será más que lo que los separa y establecieran unas relaciones de paz, justicia y libertad, podrían tener como vecinos (e incluso amigos) un futuro más esperanzador y un desarrollo sostenible que les harían crecer y multiplicarse sin dejar a nadie atrás.

Proyecto “Encuentros con España”. Director: Eduardo Guaylupo Roncal

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