El voto secreto de la reforma del aborto ¿se repetirá el fracaso la guerra de Irak?

Chismes y apuntes

El voto secreto de la reforma del aborto ¿se repetirá el fracaso la guerra de Irak?

Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia

El PSOE han apostado todas sus cartas a la objeción de conciencia de los diputados del PP y a que los críticos rompan la disciplina de partido. La polémica reforma de la ley del aborto que ha impulsado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón pasará mañana su primera prueba de fuego el Congreso de los Diputados con una votación secreta, con papeletas y urna, a instancias del Grupo Socialista, que trae a la memoria otro fracaso socialista.

El PSOE han apostado todas sus cartas a la objeción de conciencia de los diputados del PP y a la baza de que algunos parlamentarios, que han criticado el anteproyecto de ley en público y en privado, rompan la disciplina de partido, pero en la memoria colectiva aún se mantiene el fiasco que obtuvo esta misma fórmula cuando los socialistas la utilizaron en el caso de la guerra de Irak.
Los comentaristas políticos recuerdan que en el Parlamento se ha votado dos veces en secreto sobre propuestas e iniciativas, pero que en ninguno de los casos hubo ruptura de la disciplina de partido.

La primera vez que se hizo una votación secreta en las Cortes fue en 1995, con el Gobierno de Felipe González. En esa ocasión, el Senado permitió por votación secreta por un solo voto de diferencia la creación de una comisión de investigación sobre los GAL, pero eso no se debió a que rompiera la disciplina de voto: 128 senadores votaron a favor de la propuesta (los del PP, PNV, CC y Grupo Mixto) y 127, los de los grupos socialista y catalán, se pronunciaron en contra, tal y como recuerda teinteresa.com

Más reciente en el tiempo fue la votación sobre la guerra de Irak, en febrero de 2003, en aquella ocasión tampoco hubo fuga de sufragios y los 183 parlamentarios populares votaron a favor de una proposición no de ley de su grupo que respaldaba al Gobierno de José María Aznar en su política sobre el conflicto, y rechazaron la propuesta de la oposición que se mostraba en contra de la postural oficial y rechazaba la intervención armada.

Según el reglamento de la Cámara baja, la votación podrá ser secreta si así lo piden dos grupos parlamentarios, o bien una quinta parte de los diputados, es decir, 70 del total de 350, que es la vía por la que ha optado el Grupo Socialista, con el objetivo de recabar el apoyo de los críticos del PP con la norma.

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