Ana María Matute escribió un libro mágico llamado «Olvidado rey Gudú», título que se le puede aplicar al depuesto presidente de Honduras que lleva demasiados días de encierro en la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Mucho tiempo como para que los medios de comunicación le presten interés. Deberá entenderá Zelaya que en España hasta que no terminemos de leer diecisiete mil folios de la trama Gürtel no podemos ni levantar las gafas.
Aquí no hay más comidilla que los coches de la familia Mato, los cohechos, las amenazas y todo lo que rodea al mafioso personaje autollamado «Don Vito», (en adelante Don Vito Correone), un personajillo de barrio que se creyó la reencarnación de Adam Smith.
Entenderá Zelaya que pasemos de él, y también lo entenderán los piratas somalíes a los que hemos dejado de prestar atención, así como al virus de la Gripe A y a cuantas otras portadas relacionadas con el 11-M y demás sucesos que conmocionaban los quioscos. Ahora lo suyo es hablar del ‘caso Gürtel’ y leer las informaciones que se publican. Apenas tiene interés que Rajoy visite una central nuclear porque el átomo reside en otra parte.
Zelaya deberá entender que los medios sólo volveremos a prestarle atención si Micheleti le pide la mano en matrimonio, o si las tropas de Venezuela entran en el país a rescatarle.
Espero que no se lo tome como algo personal pero en España no vamos a estar en otra cosa que no sea la trama Gürtel, o en que se ha escapado una leona y recomiendan no caminar solo por el bosque.
