Debemos ser pocos los que recordemos aquel mitin que dio Carme Chacón en Salones “Epílogo” en Tomelloso, (Ciudad Real), durante la campaña de las pasadas autonómicas y municipales. La entonces ministra se dio cuenta del nombre del local y de los comentarios que iban a hacer a cuenta de aquel fallo de la “inteligencia” socialista de la campaña y se vino arriba: “esto no es el epílogo de nada si no el inicio de cosas maravillosas”, (hasta se le quebró la voz). Luego vino el batacazo en las urnas, después el del congreso de Sevilla cuando perdió contra Rubalcaba por veintidós votos.
Pero que Chacón hubiera perdido la confianza de su partido no quiere decir que ella hubiese perdido la moral, o que haya asistido con resignación a cómo otros se quieren posicionar, caso de Madina al que regañaron en la puerta del Congreso por tener ideas propias. El pobre Madina no acertaba a ponerse bien el cigarro en la boca mientras Trinidad Jiménez y Soraya Rodríguez le incriminaban por falta de lealtad.
Lo de Chacón es otra cosa: es fe en sí misma y constancia en su empeño. Está convencida de que en el PSOE las cosas tienen que cambiar y le pone de plazo un “Miami”, un año, es el tiempo que le da a Rubalcaba para terminar de cargarse lo que queda del partido. A Rubalcaba y a Elena Valenciano que se nos ha vuelto activista del “¡Sí, a la guerra!”.
Chacón intuye que muchas cosas van a cambiar y ella quiere estar en el ajo, otra cosa es que se equivoque en el diagnóstico porque pretenda hacer un partido a su medida con satélites que le hagan la pelota, no sabemos quiénes son sus tapados. Y el problema del PSOE es recuperar el rumbo del discurso, luego vendrán las caras. A veces da la impresión de que si fuera por Rubalcaba los enviaba a todos a pescar gamusinos pero se queda para hacer una labor de contrafuerte y que eso no acabe como pasó con la UCD dónde corrían hasta los conserjes de las sedes para que no se les cayeran los carteles electorales sobre la cabeza en un acto de desprendimiento por abandono.
El problema de concepto del PSOE es bastante profundo, en las regiones tiene un agujero negro que se visualiza en el PSC que sigue teniendo a Ferraz por la madrastra del cuento, salvo cuando les conviene. Y en Andalucía dónde a Griñán se lo ha llevado por delante el asunto de los ERE, tal y como reconoce. El agujero de incoherencias del PSOE es lo que alimenta en votos a IU y a UPyD. Chacón también se marcha para no opinar sobre Cataluña, de ahí parte de su huida.
Lo suyo es un golpe de efecto, otro más en su vida política. Corre un riesgo: el que se fue a Miami perdió su silla, de aquí a un año pueden pasar muchas cosas tanto en el PSOE como en la vida política española. Lo que no sabíamos es de su vocación docente, de la otra sí: la de retirarse para coger impulso a la que tan acostumbrado nos tiene. Política de salón trazada con tiralíneas no suele funcionar en la calle.
