Cara al sol

Opinión

Cara al sol

Al alcalde de Baralla, Lugo, le pasa con el sol lo que le ocurre a Dinio con la noche, que le confunde. Después de un pleno en el que tuvo que decir por la boca pequeña que se arrepentía de haber asegurado que los fusilados durante el franquismo “algo habrían hecho”, el pasado fin de semana premió a una charanga que hizo una merienda campestre con el evocador nombre de “cara al sol”, (en esta ocasión con un sentido más joseantoniano porque parece ser que uno de los curas que estaba en el jurado instaba a los presentes a ir a Paracuellos de visita).

El alcalde, que nos debe tomar de bobones históricos, se justifica diciendo que “creo que le pusieron el sol porque les daba a esas personas, y punto”. Es decir que si llegan a estar a la sombra el premio se lo hubieran dado a los de la sombrilla alegre, ¡este alcalde es un zangolotino!, y muy partidario del antiguo régimen por lo que se ve. La ausencia de medidas por parte de su partido, del PP, le ha dado alas para seguir diciendo tontadas con poder. A nadie en la dirección regional, o provincial, se le ha ocurrido llamarle a capítulo para decirle que el elogio de los fusilados por el franquismo atenta contra la Ley, y directamente contra el buen gusto del resto de españoles que no disfrutan con las condenas a muerte de nadie.

El alcalde Capón, cónsul de Baralla, es el resto viviente que le queda a esta larga “Escopeta Nacional” en la que se incluyen señoritos de la derecha, algunos ahora en Soto del Real, amigos del Rey con negocios extraños, elementos de la Junta de Andalucía que se creyeron impunes con los ERE, sindicalistas de UGT que cargaban la cena de los langostinos y los rebujitos a la Junta de Andalucía, curas gallegos que invocan las cruces de Paracuellos, y algunos alevines de NNGG que se muestran muy satisfechos al estirar el brazo en sus fotos de las redes sociales. Todos ellos merecen un pasodoble caní con letra puesta por un holandés para que al ser cantada llegue a la cúspide del absurdo carpetovetónico.

Tanto programa de cocina y lo que hace falta es mas escuela y formación. Va a ser difícil porque de momento hay más centros de tatuajes que bibliotecas públicas que además no dan dinero como dijo esa visionaria alcaldesa canaria de Telde.

De momento quedan días largos y muchas ocasiones para que el alcalde Capón pueda usar gafas de sol con las que disimular su entusiasmo cuando vea esos rayos por unas montañas que en meses estarán nevadas, en alusión a otra de las canciones favoritas de la OJE. Cuando uno nace para “flecha” no hay forma de distraer esa vocación. Suerte han tenido en Gibraltar de no hacer frontera con Baralla porque enseguida Capón se les echaría a la verja con un casete de marchas militares. Y así hasta que se le acabaran las pilas.

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