Esperanza Aguirre se queda sin publicistas

En la diana

Esperanza Aguirre se queda sin publicistas

La elogiada política de comunicación de la Comunidad de Madrid, que ha convertido a su presidenta, Esperanza Aguirre, en la líder nacional de las sensibilidades ultraliberales del Partido Popular (PP) se tambalea porque la gasolina que mantiene en marcha la maquinaria, que no es otra que el dinero institucional, empieza a escasear.

El entramado mediático en el que Aguirre ha sustentando su poder se resquebraja por culpa de los recortes y la necesidad de mantener bajo control el déficit público. Sin las periódicas inyecciones de liquidez de la patrona, algunas de las plumas más brillantes de la derecha languidecen, los mensajes se difuminan y el declive, que algún día tendrá que llegar, empieza a ser una amenaza perceptible.

Algún agorero cree que este ambiente de fin de ciclo todavía irá a más. Que a la escasez se sumará dentro de muy poco la desafección. Sobre todo la de aquellos que se queden descolgados del reparto de las migajas que restan y que, además, no consigan el objetivo de encontrar colocación en las nuevas oportunidades de trabajo que se derivan del poder absoluto conseguido por el PP nacional.

Y ahí aparece esa RTVE que busca máximo responsable. Pero sólo podrá haber uno. Con consenso o sin consenso. Y la amplísima nómina de decepcionados puede convertirse en la base de un ejército movido por la gasolina del desencanto que contribuya a acelerar el ‘super nova’ definitivo de esa estrella que se llama Esperanza Aguirre. Quizá la única profesional de la política capaz de aguantarle un par de ‘rounds’ a la gran Belén Estebán.

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